InicioultimasOpiniónA propósito de Nabila Rifo..

A propósito de Nabila Rifo..

Nuestra sociedad ha quedado  en deuda con el rol y la protección de los derechos de la mujer  a lo largo de la historia.   Nos parece lejano leer  a ciertos personajes literarios  del siglo XII, como doña Jimena  quien  se  hincaba a los  pies de  Rodrigo Díaz de Vivar, su señor,   lavándole los pies,  rindiéndole devoción infinita , “ mi señor” como ella  lo nombraba con máximo respeto y obediencia, era su esposo.

Ella  ni sus hijas no tuvieron el privilegio  de  elegir a sus esposos, era el Rey quien decidía, en su  estado de derecho absoluto, la vida no tan sólo de sus vasallos, sino también el destino de sus mujeres. Más adelante en el siglo XIX,   la escritora  española, Cecilia Böhl  de Faber y Larrea, utilizó el seudónimo de Fernán Caballero y tuvo que valerse de gran imprenta y atreverse a escribir para ser leída y aceptada como un hombre  en aquella elite de la literatura romántica.

Ya en el siglo XX,  nuestra Gabriela Mistral tuvo que luchar  por romper barreras  en donde los estereotipos  masculinos  no daban pie para  al ejercicio de los derechos de la mujer y fue ella con gran valentía e inteligencia que ocupó los más altos cargos como pedagoga, cónsul y  escritora dejando una señal a todas las mujeres que el ser inteligentes, valientes  y decididas  nos puede colocar en la cúspide de nuestros sueños.

En nuestra sociedad parece que fuese pecado nacer mujer, pobre y marginada  porque tal condición nos hace ver frente a los demás, como culpables de nuestras posibles  vulnerabilidades o desgracias sociales. “Si nos violan,  o nos ultrajan sexualmente, si nos recriminan y nos desprecian frente  a determinadas acciones es porque algo de culpa tenemos”  parece decir la consigna popular.

Los jueces, fiscales y abogados  volvieron a arrancarle los ojos a Nabila al tratarla sin el tino, la delicadeza y la empatía con que se debe tratar a una mujer  maltratada en todos sus derechos y sólo por ser  pobre y carente de experiencia y conocimiento que por equis razón aún le falta por tener, la basurearon frente a todo Chile porque su vida y parece ser que parte de  su cotidianidad  ( el ir a fiestas , tomarse unos traguitos y tener una pareja nueva, la transforma automáticamente en menos valorada y tratada como “mujerzuela” frente  al trato que recibió el   acusado  “Don Mauricio” como reiteradamente lo nombraron).

Me  pregunto ¿qué pasaría si esta mujer hubiese sido  una importante mujer del mundo de la política o hija de un empresario o la esposa de un connotado futbolista?

Estamos en un siglo en donde afortunadamente con leyes hemos validado  el rol femenino y rechazamos profundamente los principios arcaicos que tuvieron que vivir doña Jimena (como ejemplo de un personaje novelesco), Cecilia Böhl  de Faber y Larrea, Gabriela Mistral y tantas otras. Nos  faltan más derechos reivindicatorios  y con firmeza debemos trabajar para lograrlo. Pero me apena más aún que no sepamos poner límites frente a hechos que parecen ser aceptables y rechazables al mismo tiempo. Como lo dije alguna vez:  el trato de “mujer pública” dista mucho de ser igualmente tratado  al de “hombre público”. El doble discurso amparado por medios de comunicación debe ser totalmente desarraigado en las paredes de nuestro hogar para que nuestras hijas no sufran el descrédito de un  grupo de hombres ( también mujeres) que por el hecho de estar en un escaño un poquito más alto  nos denigren y nos insulten.

No debemos permitir que  nunca nos maltraten, ni siquiera con la mirada.

Sonia Alejandra Guerrero

 

OvalleHoy.cl