El ex jefe de la Agencia de Área Ovalle del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), a 50 años de su promulgación, repasa lo que significó para el mundo rural este hito histórico y la labor que cumplió la institución del agro.
Alfaro fue funcionario del servicio del Ministerio de Agricultura antes y durante la implementación de este acontecimiento histórico, por eso conoció de cerca lo que significó para los habitantes del sector rural de aquellos tiempos. “Había malos tratos hacia los trabajadores del campo, por parte de los dueños de los fundos, y eso tenía que cambiar… y así fue”, recuerda.
Respecto al rol que tuvo INDAP detalla que fue clave, puesto que “la ley permitió que el INDAP tuviera un departamento de Desarrollo Social, el que a través de los promotores realizó un trabajo con las organizaciones campesinas y con la Corporación de la Reforma Agraria (CORA)”.
Los promotores cumplían una labor estratégica, porque tenían la responsabilidad de capacitar a las organizaciones campesinas y así preparar a sus integrantes para lo que sería la puesta en marcha de la Reforma Agraria. “Les explicábamos qué era lo que se venía, en qué los iba a beneficiar y qué tenían que hacer para que el proceso efectivamente se llevara a cabo como correspondía”, señala Alfaro.
Sin embargo, este rol también era “complejo y arriesgado”, debido a que “por razones obvias los dueños de los fundos nunca estuvieron de acuerdo con la Reforma Agraria, entonces teníamos que tener precaución al momento de juntarnos con los trabajadores, para evitar conflictos, y optábamos para hacerlo bien de noche e incluso en la madrugada. Para nosotros no era menor esta responsabilidad”.
Fue el 16 de julio de 1967 cuando se promulgó la ley nº 16.640 de la Reforma Agraria (si bien el gobierno de Jorge Alessandri había promulgado en 1962 la primera ley de Reforma Agraria n° 15.020), la cual se publicó el 28 del mismo mes, durante el mandato del Presidente Eduardo Frei Montalva. Sus principales objetivos fueron mejorar la producción agrícola, incorporar a los campesinos a un sistema agrícola, junto con permitir su asociación, expropiar terrenos en mal uso y terminar con el orden latifundista.
Sobre este punto Aldo Alfaro concluye que “valió la pena todo el esfuerzo… Va a ser muy difícil que me olvide de ese proceso, porque soy de una familia campesina, yo vi de muy cerca lo complicado que era el día a día de los trabajadores campesinos en los fundos, entonces vi muchas injusticias. Con la Reforma Agraria claro que estuvieron mucho mejor; si bien hubo cosas que se pudieron haberse hecho de otra forma, el saldo es positivo”.
Sin dudas la Reforma Agraria es un proceso que se encuentra latente en los corazones de los campesinos y funcionarios que fueron parte de la lucha para conseguir dignificar la vida del trabajador rural. Un hito histórico que merece ser conocido generación tras generación.
Para conmemorar este acontecimiento histórico para Chile, el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, a través del Ministerio de Agricultura, ha estado realizando conversatorios en las comunas de la región –organizados por INDAP-, para que el mundo campesino dialogue y reflexione en torno a este tema.
