InicioultimasOpiniónChile, no puede seguir confiando en la buena fe

Chile, no puede seguir confiando en la buena fe

Al analizar lo sucedido con motivo del fallo de La Haya, llegamos a la conclusión que Chile ha pecado de ingenuo, debido a que los bolivianos siempre lo han planteado en el sentido de que ellos no se quedaran tranquilos hasta alcanzar su objetivo, que es obtener una salida soberana al mar.

Hablando con franqueza: ellos tienen salida al Océano Pacífico. Lo que desean es incorporan el componente militar, para eso buscan soberanía ¡en esto no actúan de buena fe!

Por ello, citaremos algunas acciones que ratifican este accionar y una apreciación de Francisco A. Encina, que nos dice; “el rasgo que más llama la atención en la historia diplomática de Chile es la dureza psicológica que le impide captar la mentalidad de los pueblos con que entra en relaciones”(Las Relaciones entre Chile y Bolivia 1841-1863. Edit. Nascimiento. Págs.267-268). Ello nos gráfica que nosotros pensamos y actuamos de buena fe al relacionarnos con nuestros vecinos. Pero ellos (Argentina, Perú y Bolivia), no lo sienten así e inclusive han realizado pactos secretos para abatirnos (ilustrado en artículos anteriores).

Encina manifiesta que la vez que los bolivianos se acercaron a Chile, fue en el periodo de gobierno de los generales Pando y Montes, que por un temor a un cuadrillazo que darían Brasil, Argentina y Perú podrían repartirse más territorios de Bolivia.

El 22 de abril de 1910, el canciller boliviano Daniel E. Santelices, dirigió una circular a los gobiernos de Chile y Perú: ”Bolivia no puede vivir aislada del mar; ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas, hará cuanto le sea posible por llegar a poseer por lo menos un puerto cómodo sobre el Pacífico; y no podrá resignarse jamás a la inacción cada vez que se agite el asunto de Tacna y Arica, que compromete las bases mismas de su nacionalidad”.

“El gabinete de la Paz -añadía- estaría dispuesto a proponer bases y compensaciones satisfactorias a los de Santiago y Lima”.(Idem. Obra Citada. Pág.270).

Nuevamente lo hicieron presente en la Liga de las Naciones el 06 de septiembre de 1921y la resolución de una comisión de jurisconsultos, determinaron el 22 de septiembre que: “Tal como ha sido presentada, la demanda de Bolivia es inadmisible, pues la Asamblea de la Sociedad de las Naciones no puede modificar por sí misma ningún Tratado; la modificación de los Tratados es de la sola competencia de los Estados contratantes”. (Idem. Obra Citada. Pág.273).

En 1950 Bolivia volvió a la carga, y Chile le dijo que no podía interrumpir la continuidad de su territorio, más la oposición de Perú, que dijo que no, en base al Protocolo adicional del Tratado de 1929. Finalmente vale la pena recordar el Abrazo de Charaña de 08 de febrero de 1975, que fracasó, ya que diplomáticamente Perú, planteó una nueva modalidad (zona tripartita) que era imposible de cumplir.

Esto nos demuestra que Bolivia buscará siempre lograr su objetivo aunque tenga que falsear la historia en tribunales presentando a Chile como agresor, en circunstancias que unilateral y flagrantemente desconocieron el Tratado de 1866 y rompieron abruptamente el Tratado de 1874 firmado en Sucre y ratificado por los cancilleres Mariano Baptista y Carlos Walker. Lo grave es que tribunales que no debieran tener sesgo político acojan distorsiones históricas que no benefician la paz.
OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS

PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA

COQUIMBO

OvalleHoy.cl