InicioultimasOpiniónComercio tradicional: ya no basta con llorar

Comercio tradicional: ya no basta con llorar

Transitamos por el paseo peatonal de Vicuña Mackenna en Ovalle y algo nos llama la atención: la ausencia de ambiente navideño en el sector.

Es verdad que las vitrinas de los locales comerciales están atestadas de productos a la venta y adornadas con motivos navideños, pero la calle en sí es igual a la de a cualquier día del año. Mucho ruido de parlantes instalados a todo volumen en las puertas de lo negocios, y de comerciantes ambulantes instalados en el lugar. A ello se agregan adornos de luces instalados por el Municipio en cada poste y que funcionan durante la noche.

Pero aparte de eso, nada.

Recordamos que en años anteriores – hace ya mucho tiempo, en verdad – la calle era iluminada por guirnaldas de luces de colores atravesando de lado a lado que conferían al lugar un aire diferente, sumado a lo que aportaban las luces y adornos de las vitrinas. Además solían aparecer uno o dos viejos pascueros que entusiasmaban a los niños más pequeños cuando los descubrían y le daban un toque especial.

Desde hace algunos años en los comerciantes del sector central se ha venido instalando un sentimiento de preocupación por la aparición de dos polos de atracción instalados en los extramuros de la ciudad que han cambiado los ejes de interés de los ovallinos y visitantes: el Open Mall Ovalle y el Ovalle Casino Resort que suelen organizar eventos o espectáculos atractivos que motivan al público a dirigirse masivamente a esos lugares, mientras el centro permanece desolado o con un movimiento menor disminuyendo proporcionalmente sus ganancias.

Y de esto los afectados responsabilizan de manera indirecta a la autoridad municipal que, opinan, ha dado su apoyo a estas inversiones foráneas colaborando en la organización de actividades cuyo sitio de realización son estos lugares. Esto, agregan, ha despotenciado el centro comercial histórico que se ha visto desprotegido obligando en los últimos meses al cierre de negocios o a la pérdida de empleos.

Existen fundamentos para esta opinión, es verdad. Pero también no es menos cierto que el comercio tradicional (o el retail que ha llegado en los años posteriores) para instalarse en el casco histórico de la ciudad no ha sabido reaccionar de manera oportuna y eficiente a esta nueva situación que los preocupa: y no ha mostrado espíritu de cuerpo para desarrollar en conjunto una contraofensiva con estrategias que ayuden a revertir esta situación.

Por ejemplo ( lo más básico) unirse para el adorno de la calle principal con motivos navideños, la contratación de personajes de navidad , como el Viejo Pascuero que cumpla el objetivo de promocionar sus negocios y crear un ambiente agradable y propicio para incentivar a los transeúntes y potenciales clientes. Organizar eventos artísticos, musicales, culturales que motiven al transeúnte a permanecer en el sector (aunque sea para servirse un café con sus amigos o su familia) y no marcharse a otro lugar en busca de un panorama más atractivo.

Hace algunos años la consigna era evitar que los ovallinos en fechas tan especiales viajaran a La Serena, al Mall, para pasar el fin de semana divertirse, ir al cine y hacer sus compras. Y esa batalla se perdió.

Hoy los «enemigos» son distintos y están más próximos. Sin embargo la batalla parece que va en vías de tener similares resultados.

¿En esto de quien es la responsabilidad? ¿De los comerciantes que no han sabido unirse , por ejemplo alrededor de la Cámara de Comercio o de otra organización que les sea más representativa? ¿O de la Municipalidad que no ha tenido la capacidad para articular una defensa conjunta del comercio tradicional?

Lo cierto es que es una realidad que si el comercio tradicional desea sobrevivir ya no basta con llorar. De parar de esperar lo que otros puedan hacer por ellos, sino de tomar la iniciativa para la generación de un movimiento tan fuerte que el viejo centro vuelva a ser el corazón económico y comercial de la ciudad.

 

M.B.I.

OvalleHoy.cl