Dejar para después lo que puede hacer ahora. Retrasar responsabilidades a último minuto y comenzar tarde a trabajar, un mal que afecta mucho a los estudiantes.
Todos conocemos a alguien bueno para “sacar la vuelta”, ya sea en el trabajo o a nivel personal. Una forma de actuar – muchas veces asociada erróneamente sólo con la flojera y al holgazanear – que impide llevar a cabo las tareas en un tiempo oportuno y donde muchas veces puede implicar incluso la pérdida de oportunidades o del trabajo.
Algo que también se da a nivel académico. “La procrastinación académica se refiere a la tendencia de postergar tareas y actividades académicas reemplazándolas por situaciones más agradables, pero irrelevantes. Suele establecerse cuando buscamos distraernos hacia placeres inmediatos, en un intento de aliviarnos de tener que estudiar algo que nos incomoda, ya sea porque nos cuesta, es difícil, no nos motiva lo suficiente etc.”, comenta la psicóloga de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) de la Universidad del Pacífico, Carolina Pollman.
El mejor antídoto: desarrollar hábitos de estudio
Para comenzar a romper la tendencia a procrastinar, puede ser útil tomarte unos minutos para identificar qué situaciones o estímulos te llevan a aplazar el estudio. “Por ejemplo considerar que la materia es aburrida, tener el teléfono cerca, tener expectativas demasiado altas como sería esperar entender la materia en una sesión, cierta sensación de incomodidad inicial al sentarte a estudiar etc.”, ejemplifica la psicóloga.
Carolina Pollman comenta que al identificarlos, se podrá intervenir sobre ellos. “Ya sea regulando tu motivación (“ tal vez podría hacer que esta materia fuera más atractiva para mí, con ejemplos concretos que me permitan aplicar o estudiando en grupo etc.”), expectativas (“el trabajo es largo, lo comenzaré una semana antes y lo dividiré en sesiones diarias de 25 minutos”), emociones (“no todo lo que estudio tiene que ser entretenido o fácil, puedo tolerar cierta incomodidad inicial”), creencias (“si me planifico bien me alcanzará el tiempo”) y/o el ambiente (“voy a dejar en silencio el celular estos 25 minutos, luego haré un descanso y revisaré WhatsApp”)”, comparte la experta.
La psicóloga agrega que conocer y aplicar estas herramientas son claves ya que el aprendizaje requiere de tiempo. “Y no cualquier tiempo, sino un tiempo planificado en función de lo que quieras aprender.” Por ello necesita de preparación. No basta con sentarse a “estudiar dos días antes de la p
La profesional de DAE de la Universidad del Pacífico aporta finalmente con unos Tips para ganarle a la procrastinación:
- Identifica los estímulos que te llevan más frecuentemente a procrastinar e interviene sobre ellos.
- Determina un espacio de estudio libre de distractores.
- Planifica tu estudio semanal (horario de estudio realista, concreto, verificable).
- Comienza a estudiar siguiendo el horario que estableciste, aun cuando la materia sea difícil o aburrida.
- Cumple con el tiempo de estudio que te has propuesto, de manera enfocada (evita distractores; si aparecen vuelve la atención a la tarea)
- Reconoce las excusas que sueles construir para no trabajar, de modo de no “caer en ellas”.
- Entrégate algún premio por el trabajo realizado (por ejemplo ver una serie que te guste, salir con un amigo/a, hacer algún deporte etc.)
