InicioultimasOpiniónEl fantasma del 27/F reaparece en La Moneda.

El fantasma del 27/F reaparece en La Moneda.

El Gobierno una vez más y de manera clara y categórica se demoró en dar una respuesta frente a la catástrofe. De hecho muchos analistas compararon esta situación con lo vivido tras el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero del 2010, que aconteció durante la primera administración de Bachelet.

Hoy tras varios años desde esa tragedia y tras haber pasado “mucha agua bajo el puente” la historia se repite. (27/F “no hay tsunami… repito, no hay tsunami” y al mes de enero del presente año, “incendios menores, que no revisten mayor importancia”).

Es indudable que frente al mal manejo de esta situación, todos nuestros recuerdos tiendan a apuntar al fatídico 27/F por sus similitudes. A pesar que la Presidenta se refiriera a esta situación en comparación con lo ocurrido por este mega incendio como “un número relativamente menor de muertos”, y sin querer «entrar» en ser grave, pero jamás una persona muerta será un número relativamente menor, basta con que una persona perdiera la vida, para ser grave, porque esa persona puede ser un hijo, un hermano, un vecino, un padre de familia, etc. Nadie sobra.

Frente a esta nueva catástrofe la vida le dio la “oportunidad de remendar” en alguna mínima medida a la Mandataria los errores de su pasado y con ello demostrar que había aprendido de ellos y que inclusive había sacado valiosas lecciones para el combate de las emergencias. Pero a decir verdad, nada más alejado de la realidad, puesto que nuevamente hubo mucha indecisión y un exceso de celo ideológico comunicacional que en nada contribuyó; sino que por el contrario dificultó aún más la situación.

El mejor ejemplo de esto es lo ocurrido con el Supertanker, en donde ni el Ministro del Interior, ni el de Relaciones Exteriores, ni el de Defensa, así como tampoco ningún subsecretario y ni hablar de la Presidenta, se dignaron a salir a tratar el tema de este valiosísimo aporte, realizado de manera absolutamente desinteresada por ésta compatriota y que tenía sólo el afán de ayudarnos.

El que finalmente sale a tratar el tema de la aceptación del avión y se convierte finalmente en una suerte de vocero del Gobierno, es el director de la Conaf, el que no hace más que obstaculizar la llegada del avión con el uso de “argumentos técnicos” sobre la efectividad y utilidad del avión, tanto por lo complejo de nuestra geografía como porque este tipo de aviones no podía volar bajo y que por lo tanto, sólo aportaría una llovizna inútil. Situación que fue totalmente desmentida por los hechos ya que el Supertanker sí sirvió para nuestra topografía y si pudo volar bajo, haciendo del combate del siniestro algo efectivo.

Ante semejante “vergüenza” que al parecer sólo la sentimos el pueblo de Chile, puesto que el señor Aaron Cavieres ni aún después de haber obstaculizado magna ayuda, de hacer afirmaciones, falsas y del todo erróneas y además de darse una vuelta olímpica en sus declaraciones respecto del Supertanker diciendo en un comienzo el día 23 de enero en TVN, “los aviones más grandes no sirven para combatir este tipo de emergencias” (por topografía) (…) “Sólo traen una llovizna inútil” y luego tan sólo 2 días después en el diario de La Tercera, tras la descarga de 72 mil litros de agua en Hualañé por parte del Supertanker, dijese que “el Supertanker, complementa y viene a aportar significativamente en un momento en que lo que necesitamos son recursos. Intentaremos sacarle el máximo provecho”. Frente a esto no queda más que pedirle a Dios, a la Virgen María y al Espíritu Santo, que nos protejan de esta clase no sólo de profesional sino que de persona. Ésto me trae a la memoria la famosa frase de Martin Luther King, que decía “hemos aprendido a volar cómo los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos” y esto es lo que les falta a este Gobierno y a sus autoridades que aprehendan a vivir como hermanos y no cegarse por pequeñeces ideológicas porque al momento de tender o recibir una mano todo eso queda aún costado. De lo contrario lo único que se demuestra es una pobreza espiritual alarmante.

Dra. Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl