InicioOpiniónOpinión¿En qué momento la sociedad confundió los valores?

¿En qué momento la sociedad confundió los valores?

El accidente sufrido por cuatro jóvenes que se movilizaban en un automóvil robado momentos antes en Ovalle, con la muerte de uno de ellos y el grave estado de otros dos, ha desatado a través de las redes sociales un verdadero vendaval de opiniones divididas.

Unas – la mayoría – de personas que manifiestan su satisfacción y casi alegría por la muerte de este joven de 20 años, y otras – los menos – que lamentan lo ocurrido y hacen un llamado a respetar el dolor de la familia.

Los que aprueban el trágico final se justifican en que en los últimos años la sociedad está casi indefensa ante la acción de la delincuencia que hurta, roba, agrede, e incluso lesiona a personas indefensas sin que esto tenga una respuesta proporcional y satisfactoria de la justicia, en especial cuando se tata de adolescentes que, amparados por una legislación tolerante y garantista – aseguran – quedan al poco tiempo en libertad.

Por ejemplo un lector señala que en las últimas semanas su vivienda fue objeto de un robo por parte de una banda de delincuentes, sin que hasta el momento se conozca a los autores. Y lamenta que después de eso, él ha tenido que fortificar la vivienda para proteger a la familia. “Es decir he gastado mas de lo que perdí en el robo para cuidar la casa y a mi familia. Nosotros encerrados y los delincuentes sueltos. ¿Es justo eso?”, agrega.

Ejemplos como estos suman decenas, cientos. Tal vez miles.

Pero por otro lado está la opinión de otras personas que apuntan que detrás de cada una de estas personas fallecidas de manera violenta  hay familias, o el caso social, de jóvenes que han crecido en hogares desintegrados, y rodeados de un ambiente hostil, que buscan en la compañía de sus amigos – por lo general vinculados al micro tráfico o simplemente consumidores de drogas – el afecto que no han tenido de sus padres o de su grupo familiar.

No faltan los que responsabilizan al estado y a la sociedad del fracaso para dar a esos jóvenes, de manera oportuna, la atención y la oportunidad que merecen. Por ejemplo mayores oportunidades de estudios, de trabajo, de cultura, deporte, esparcimiento, que podrían ayudar a mantenerlos alejados a muchos de ellos de compañías equivocadas y del delito.

Y ahí está la sociedad dividida entre los que creen que la muerte de un joven delincuente a manos de una de sus víctimas, o , como es este caso en un accidente cuando huía del lugar del delito, es algo que casi debería aceptarse como “justicia divina”, opiniones en las que se suele repetir la expresión de “lacra de la sociedad”.

Por otra parte no deja de llamar la atención la opinión de terceras personas que, conociendo estas opiniones,  se preguntan en qué momento nuestra sociedad perdió la sensibilidad en torno a la importancia de la vida humana, sea cual esta fuere, a la que ponen por debajo del valor de cosas materiales.

Tal vez usted tenga la respuesta.

OvalleHoy.cl