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Ensanchar las aceras ¿y para qué?

Llaman la atención las declaraciones del Director de Obras Municipales de Ovalle en las que señala que el objetivo de retroceder la línea de construcción de las nuevas construcciones del centro de la ciudad no es ensanchar las calles para permitir una circulación más fluida de vehículos y reducir el problema creciente de congestión, sino hacer posible una circulación más fluida y segura de peatones por las aceras.

Lo cierto es que – se esté o no de acuerdo con eso –  con el aumento de la población  la saturación que tienen nuestras aceras en el sector céntrico es un problema creciente. Mas aún si se recuerda que estas aceras, espacios estrechos, fueron proyectadas hace más de un siglo para una población claramente inferior.

Esto se ve agravado por la existencia de cientos de árboles ornamentales que tienen un propósito estético y ofrecen a los viandantes protección contra los inclementes rayos del sol. O, mejor aun, cumplen con el objetivo ulterior de servir de pulmón para una ciudad cada vez más contaminada. Eso aunque su existencia constituye un obstáculo que impide transitar con rapidez, en especial en calles transversales.

Pero se agregan a las causas de este colapso progresivo el mal uso que hacen de este bien de uso público terceras personas. Por ejemplo la gran cantidad de postes de cemento destinados a sostener los cables de empresas eléctricas o de telefonía, muchos de ellos ocupando la mitad de la acera. ¿Alguna vez veremos desaparecer esas estructuras molestas y poco estéticas para dar paso a instalaciones subterráneas?

A ello se añade la presencia cada vez mayor de carteles instalados sobre la acera para publicitar locales comerciales o espectáculos de distinta índole, sin que se sepa si existe una adecuada regulación de eso. ¿Cuentan con autorización del Municipio? ¿Pagan derechos de publicidad? O, mejor aún, ¿es proporcional esa ganancia para el municipio con el problema que causan? ¿O están ahí simplemente porque nadie se preocupa de fiscalizarlos?

Pero el problema cada vez mayor para este colapso es el incremento del comercio callejero que se ha apropiado de importantes espacios de circulación, haciendo lento e inseguro el tránsito de peatones. Una especie de metástasis que se extiende sin control a otros sectores de la ciudad.

De manera que se gana muy poco con ampliar las aceras si se continúa permitiendo estas prácticas que apuntan a lo contrario.

Porque la pregunta que cabe hacerse después de esta reflexión es “Ampliar las aceras… ¿Y para qué?.

M.B.I.

OvalleHoy.cl