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Fallece el periodista más canalla

El lunes falleció en Manhattan uno de los más destacado escritores norteamericano de la segunda mitad del siglo pasado, aunque será mas recordado por ser el ‘padre del nuevo periodismo’: Tom Wolfe

Polémico, mordaz, irónico y despiadado son algunos de los calificativos que se le aplican a quien fuera colaborador de publicaciones como Washington post y el New York Herald Tribune, y su novela La Hoguera de las Vanidades lo convirtió en uno de los autores más leídos del último siglo en norteamerica. Se dice que su aporte al periodismo fue haber liberado a los textos periodísticos de la rigidez que les era hasta entonces característica, para conferirles color, subjetividad, viveza, emoción, abriéndolos a temas que hasta ese momento eran marginales.

Wolf y otros (entre estos Truman Capote) vinieron a remecer la ligereza y la brevedad de los textos periodísticos estadounidenses, donde primaba la regla de la pirámide invertida, cambiando el paradigma de las 6 W (qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué, palabras que en inglés comienzan con la letra W. ndr), que encabezaban los principales diarios de ese país.

Desde hace varios meses mantengo en mi velador , junto a otros textos de periodismo, uno de sus libros emblemáticos “El Periodismo Canalla y otros Artículos”, que adquirí hace algunos años en uno de mis viajes a Santiago.

Todos sus artículos son provocadores o, como bien lo anuncia su título, bastante canallescos, polémicos y discutibles, desde luego, pero ante todo interesantes, variados y muy bien escritos.

Van desde la descripción del modo de vida de las nuevas generaciones de norteamericanos, hasta una parodia magistral del estilo momificado, predecible y plagado de fórmulas de la legendaria e influyente revista The New Yorker. Incluye además, un mordaz ataque a los tres grandes novelistas norteamericanos ( “mis tres comparsas”, los llamaba él) John Irving, Norman Mailer y John Updike , quienes a su vez en más de alguna oportunidad “ningunearon” su valor literario. No se salvan, tampoco, Susan Sontang, Noam Chomsky y otros intelectuales a los que calificaba como “marxistas rococós”.

El que me gusta más sin embargo es el titulado “Dos jóvenes que fueron al Oeste”, donde se cuenta la vida del físico Bob Noyce, coinventor del circuito integrado, fundador de Intel y uno de los primeros habitantes de un lugar en California que llegaría a ser mundialmente famoso: Silicon Valley. Es una historia detallada y amena sobre esta revolución tecnológica.

Y después de leerlo lo he mantenido sobre el velador durante todo este tiempo, en especial para recordarme lo mal periodista que me hace sentir . O, como lo dijo sin rodeos un colega: “Banic es un buen escritor pero un muy mal periodista”. Wolfe me lo recuerda sólo con su presencia.

Mario Banic Illanes

Escritor

OvalleHoy.cl