La región de Coquimbo es una de las cuatro del país que en el último periodo ha aumentado la tasa de delitos de mayor connotación social (Ver recuadro inferior).
Según la Subsecretaría de Prevención del Delito, este aumento fue de 2. 0 % en relación al mismo periodo anterior. Las otras regiones fueron Arica-Parinacota, Atacama, y Los Ríos.
Esto, especifica la fuente oficial, se elabora en base a los antecedentes que proporcionan Carabineros y la Policía de Investigaciones, es decir hace referencia a los delitos que son denunciados en ambas policías.
Sin duda es algo que no puede sino preocuparnos a los que vivimos en esta otrora tranquila región, porque este informe no considera desde luego esa enorme “cifra negra” de delitos que no son denunciados por las victimas a las policías.
Eso porque la comunidad ha ido perdiendo confianza en la eficiencia policial y en la labor de los tribunales que, afirman, parecen más preocupados de garantizar los derechos de los victimarios que de las víctimas.
Sabemos que la mayor parte de las denuncias de robos – incluso de lo que nosotros como diario hemos sido víctimas – no tienen un resultado satisfactorio para las víctimas, no obstante la información que se proporcione a las policías. O porque, en caso de detención de los autores, estos suelen quedar en libertad al poco tiempo o reciben penas irrisorias.
Esto ha tenido como consecuencia que la confianza de la comunidad en el sistema se ha ido deteriorando, y de manera proporcional ha ido aumentando la cantidad de delitos que permanecen sin denuncia.
Compartimos en gran medida estas aprensiones.
Sin embargo hay un motivo importante para no ceder a la tentación e no denunciar.
Si usted no denuncia el delito que ha sido víctima, las policías en lo inmediato pierden una información valiosa acerca de la denominada ”georreferenciación del delito”. Esto es saber en qué lugares de la ciudad han aumentado los delitos (por ejemplo robos en lugar habitado) y los organismos policiales no focalizan en esos lugares la labor preventiva o investigativa. Esto en lo práctico significa que no aumentará la frecuencia con la que se realizan patrullajes policiales en su sector, rondas que ayudan a disuadir a los delincuentes.
A más largo plazo, las autoridades nacionales pierden una valiosa información de lo que está ocurriendo estadísticamente en cada ciudad del país. Y si no se hacen denuncias, cuando en Santiago reciban las estadísticas nacionales y vean que en Ovalle no hay una importante cantidad de denuncias, los recursos para mejorar la seguridad (cantidad de funcionarios y carros policiales) los asignan a otras ciudades del país donde la cantidad de denuncias es mayor.
Sabemos que es molesta la tramitación que las víctimas de delitos son objeto en los cuarteles policiales; sabemos que es indignante que los autores salgan a los pocos días en libertad. O frustrante que al mes siguiente se reciba de la Fiscalía una carta informando que por falta de antecedentes la investigación de su causa ha sido cerrada provisoriamente, y no sepas más de tus pertenencias.
Pero hay que tragarse ese descontento y cada vez que se es víctima de un ilícito, es preciso hacer la denuncia para que la cifra real de causas se aproxime a la realidad, y proporcionalmente se reduzca la denominada “cifra negra”.
Y tragarse el bochorno de ver a nuestra región como una de las que en el último año ha visto aumentar la cantidad de delitos de mayor connotación social.
M.B.I.
