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Mitos de la Reforma Agraria, después de 50 años: la otra cara de la moneda.

No puedo dejar de opinar sobre la conmemoración y las celebraciones que se están realizando al medio siglo del inicio de la Reforma Agraria, en especial, cuando se falsea la verdad histórica por parte del MINAGRI, de la NM e, incluso, en la universidad, en especial, esta última que debería tener un pensamiento crítico. Todo en razón  que se han creado falsos mitos, como que este proceso fue beneficioso para el país, porque permitió el posterior desarrollo de la agricultura y una serie de falsedades, de las que me hago cargo tratando de responder estas preguntas.  ¿Qué tienen en su mente al celebrar la RA? Cuando con ella  se comenzó a sembrar el odio y se cosechó la división y la confrontación. ¿Los que idearon la RA estaban pensando en lograr el progreso del pobre país y sus campesinos? Los últimos que habían sido invisibles hasta por gobiernos progresistas y, haber sido abusados por algunos patrones abusivos.  ¿Estaban tras el poder o verdaderamente querían entregar la tierra a los campesinos?. Trataré de responder a estas preguntas.

La RA fue estimulada por EEUU, mediante La Alianza para el Progreso, en plena Guerra Fría como medida para detener el comunismo, pero este proceso afectó la producción y el abastecimiento de alimentos, tanto por haber sido mal, diagnosticada, planeada e implementada. Además, realizada con un modelo de desarrollo que no ha resultado en ningún lugar, ni en la bulladas reformas agrarias de inspiración  marxistas realizadas en Rusia, China y Cuba  que crearon desabastecimiento, hambrunas y muertes masivas, en especial, en las dos primeras. El Chile el proceso se interrumpió con la contra Reforma Agraria después que íbamos en el mismo camino, cuando ya no había harina para elaborar el pan.

El proceso de reforma en el agro fue una verdadera usurpación de la tierra a los legítimos dueños al no pagar la compensación justa, o en muchos casos, no se indemnizó con ni un peso, fue porque los propietarios se sintieron burlados por el valor asignado a su tierra y no retiraron los bonos CORA  reajustados a valor nominal, los que se depreciaron por la alta inflación. Muchos no se opusieron al proceso, porque la implacable y demoledora  propaganda del gobierno los aminoró y se sintieron anatemizados, porque la RA sucedió en medio de un clima de confrontación y menoscabos. En el lenguaje de la época, a los agricultores se les mostró como: terratenientes, oligarcas, chupasangres explotadores y momios. Más encima, de toda esa carga negativa, fueron desarraigados de sus tierras y querencias, violando sus derechos humanos, forma de vida e identidad. Fue como exiliarlos en su propio país.

El eslogan principal de la RA  de Frei decía: “La tierra es para el que la trabaja”, no se cumplió, pues en la RA de Frei y Allende  no se creó propietario alguno. La tierra quedó bajo la tutela del Estado, solamente, con la contra- Reforma Agraria posterior, se repartió la tierra en forma individual. A la par, “el patrón de fundo” se cambió por “el patrón Estado”, pero bajo la tutela del funcionario político del partido de turno.

“Hecha la ley… de inmediato viene la trampa”. No sólo se expropiaron latifundios, sino que también, con muy mala leche, en la región, se incluyeron predios  de apenas 30 has. Ocurrió, al rebajar las 80 has de riego básico a 40 has y poner coeficiente dos a terrenos de riego del interior del valle. A la par, no consideraron la seguridad de riego de los predios, que en muchos valles de la región de Coquimbo, solamente, tenían una seguridad de riego del 30%. Al no tener el regadío asegurado no estaban cultivados,  y por lo mismo, se le catalogaba como mal explotado y sujeto de expropiación. Esto ocurre, para mayores males, en plena sequía, cuando se sufría de un verdadero adormecimiento e incertidumbre. Por eso no fue casualidad que, los agricultores de la zona, fueron pacíficos y “se entregaron como corderos al degüelle”.

El objetivo de la RA fue ideológico, destruir y tomar para sí el resto del poder económico, social  que los agricultores ostentaban, por cuanto, de la antigua hacienda oligárquica ya quedaba muy poco y los inquilinos ya casi no existían. Estas grandes haciendas, se podía encontrar en la zona central y centro sur, la zona del norte Chico y el sur era totalmente distinta.  Igual  los planes productivos de los asentamientos, los rendimientos no estaban en las prioridades, pues  estos eran poco exigentes o muy bajos, en trigo 20 quintales por hectárea y en la uva pisquera 8 ton por hectárea, por nombrar algunos, en la actualidad se multiplican por tres o mucho más.

Los gobiernos desarrollistas, ahora denominados progresistas, que habían gobernado en el país no se habían preocupado de la agricultura y los campesinos, igual muy poco de la educación. Pero los políticos se dieron cuenta tarde que ahí había una masa importante de ciudadanos olvidados y eran potenciales votantes que podían manejar. Pero cuando se dieron cuenta, intuyeron que era mejor manejarlos en forma centralizada. Lo del clientelismo nos parece normal en estos días.

Por otra parte, cualquier reforma RA realizada, como la de Chile, de tipo comunitaria y luego socialista en ningún caso  funcionaría, al ser realizada con una economía protegida sin apertura comercial al mundo, con tipos de cambio múltiples y altos aranceles, medidas poco favorables para importar y exportar. Menos, realizada sin la disciplina fiscal y con una economía  descontrolada, como ocurrió en ese periodo de la RA. Con el tiempo lo anterior se corroboró en los países que aplicaron modelos de desarrollo similares. Fue confirmado  con el derrumbe del socialismo y, luego, reconfirmado, con el resurgimiento del socialismo del siglo XXI.

“Dios los crea y el diablo los junta”. Para solucionar nuestros problemas, solo debemos cumplir con algo muy simple: Que cada uno haga su parte informándonos y actuando, sin esperar que nos vengan a arreglar desde fuera nuestros problemas, menos de parte de ideologías, como las aplicadas en Chile en la época de la RA. Menos usando modelos foráneos que no consideraron las tradiciones de los pueblos, sin razonar sobre las particularidades regionales.  Los DC, tratando de combatir el comunismo, usaron las  mismas “semillas”  de sus contendores y terminaron después de 50 años abrazados. Le viene bien el dicho: “Dios los cría y el diablo los junta.

Tarde muchos se dieron cuenta, que el objetivo final de las políticas aplicadas en el agro y que en Chile luego continuaron en otras ramas de la economía, era sólo subyugarlos a sus designios, ganar poder y limitar las libertades. Los daños y costos fueron inmensos… No es para celebrar.

El progreso posterior a la RA experimentado en el agro demuestra que no bastan las intenciones de mejoramiento social, empleando un modelo de desarrollo que condujo al país al colapso económico y social, pero cuando se restableció la confianza, fundamentalmente, cuando se respetó la propiedad  privada, las instituciones y poderes funcionaron independientemente, se restableció la política del diálogo y los acuerdos, abrieron mercados con dólar e competitivo para exportar, etc., inmediatamente  vino el progreso después de haber tocado el fondo. Decir que la RA produjo el progreso es falsedad.

Toda doctrina ideológica, si quiere ser aceptada y validada, necesita fundarse en la idiosincrasia del pueblo, lo que en este caso de nuestro país no sucedió, y con el transcurso de estos 50 años de la RA, no ha acaecido en el mundo un experimento similar de esta naturaleza con resultados favorables. Pero los ideólogos del proceso, todavía dicen que la RA fue válida y favorable. Más encima lo celebran como si todos fuéramos inocentones y tontones.

Para que las políticas del agro y los países funcionen, necesitamos romper paradigmas y abrir la mente como si fuera un vaso totalmente vacío. Porque es muy difícil llenar un vaso que esta colmado de ideas y, con una mente saturada de reglas y modelos establecidos; en especial, porque estos paradigmas corresponden, muchas veces, a medias verdades o mentiras. En lo anterior, la dialéctica marxista hace uso, maravillosamente, de la mentira y se usó para mayores males en el proceso de RA. Es lo  que, ahora se denominada post verdad, una especie de mentira elegante. Funciona  repitiendo frases construidas, las que suenan bien pero son vacías y, repetidas como mantras, al final algo queda. Especialmente, al ser emitidas a aquellos que no vivieron esa etapa negra de nuestra nación.

Lo peor, es que se persiste en un modelo de desarrollo ya probado y fracasado, haciendo creer que es un modelo  nuevo y progresista, como es el caso “del otro modelo”. Por eso por favor escuchen y lean con lupa los programas de los candidatos presidenciables, especialmente, de los populistas… que están con similares monsergas y añejas cantinelas.

Rodrigo Carmona Castex                                           
Ingeniero Agrónomo  
Ovalle, 28 de julio 2017

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