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Paradojas de nuestra política II.

En el artículo del día 4 de febrero 2015 escribí sobre las paradojas de la política, de las paradojas de la izquierda: De que condenan las dictaduras de derecha y veneran a las de su tienda política. La paradoja de la reforma laboral en gestación, que producirá más daños que beneficios si los cambios  no estimulan: la flexibilidad, la productividad y el crecimiento económico.  La paradoja que con sus políticas favorecen el crecimiento del Estado por sobre los emprendedores, cuando debe ser lo contrario. Quieren cambiar el modelo de libre mercado, pero es el sistema que mejor ha funcionado, a pesar se sus complicaciones cuando el mercado no funciona por las colusiones, pues la creación de riqueza es más propia de individualidades que de organizaciones colectivas. La paradoja del reemplazo del sistema de elección Binominal, el traje a la medida de Pinochet, cambiado por otro traje a la medida de la N.M. La paradoja del impuesto verde, a los autos nuevos que contaminan muchísimo, menos que los usados, etc.

Creo que la política es una actividad noble que debe ser valorada, pues de otra manera el poder se depositará en populistas o caudillos como ocurre en nuestra América. Creo que el descrédito de los políticos se debe a la corrupción, donde Bachelet fue una de las salvadoras de la izquierda, de la ex Concertación, muy disminuida por la corrupción; pero para conseguir nuevamente el poder, tomaron demandas que tenían mucho de eslóganes que lo llevaron al programa, pero respecto a planes inteligentes, poco se ha observado en las distintas leyes que han impulsado. Las improvisaciones y las contradicciones, es la tónica que se observa en cada proyecto de ley.

El retroceso que hemos tenido como nación en la política, es debido, a que la mentira está institucionalizada; es parte de la herramienta permanente y universal de las ideologías ilusas e irresponsables que deliran con un futuro hombre superior, distinto al que todos conocemos en el mundo real. También, en crear cortinas de humo son expertos; igual en omitir logros de sus adversarios o en destruir lo avanzado para decir que son los únicos gestores de las nuevas ideas.

Es bueno que, los ciudadanos, se hayan dado cuenta de las paradojas y contradicciones —lo que está evidenciado en las encuestas en la baja en la popularidad de la presidenta y de la clase política— de las políticas implementadas por sus sesgos y defectos. Igual, por los efectos adversos que producen estos cambios. Muchos se dan cuenta que no van en el rumbo correcto, porque vamos perdiendo el liderazgo siguiendo malos ejemplos. Les gusta compararnos con los países de la OCDE cuando les conviene, pero, como paradoja, miran a los países “porros” del vecindario; donde existe la corrupción institucionalizada, la eternizaciòn en el poder de gobernantes, la mengua de las libertades, el descalabro económico, la aplicación de recetas añejas, etc. Lo anterior, como una nueva paradoja a las ya descritas.

La paradoja de la izquierda, del igualitarismo ramplón y absoluto que no reconoce diferencias y la inclusión  que, dispuestos en un sólo saco, no acomoda a los mejores; solamente, logran la mediocridad y la disconformidad de los que quieren la oportunidad de desplegar sus diferencias que enriquecen a las sociedades y satisfacen las legitimas aspiraciones  materiales y espirituales del ser humano. Políticos de mente gaseosa o etérea y sin estructura, vienen postulando rigideces sociales que han acarreado la infelicidad y frustración de sus dirigidos. La dictadura intelectual y política que se ejerce desde las ideas es tan nefasta y criminal, como las de las armas que forma parte de nuestra experiencia. Los llamados hombres de avanzada, se la han ingeniado, para hacer creer que el éxito individual es dañino a las sociedades. Es una falacia que ha entorpecido el desarrollo de nuestras sociedades. Distinta ha sido la suerte de las sociedades europeas, que veneran el éxito y condenan a quienes, teniendo capacidades, no las ejercen y consideran, indigno y egoísta a quienes así actúan:  ser mejores.

En el transcurso de la publicación del artículo primero, a propósito de las paradojas, respecto a la igualdad y ser los modelos a seguir, surgió el caso Caval o Nueragate, que muestra la relación del dinero y el poder político en nuestra sociedad, que cuando son  mal utilizados, va en contra de la ética y la igualdad. En este caso, se confunde lo privado con lo público, al pedir Dàvalos —un funcionario público a honores—, al vicepresidente del Banco de Chile un préstamo de $6.500.000.000, para la empresa de su esposa, que tiene un capital insignificante de $6.000.000; préstamo destinado a un negocio inmobiliario que depende del  resultado del gobierno. Pasada muy lucrativa, por lo rápido y especulativo del negocio, donde ganaron alrededor de $ 2.500.000.000; monto equivalente, a la suma del sueldo mínimo completo de un esforzado trabajador —o a la mentada señora Juanita— por   alrededor de 800 años. Una increíble paradoja que, a una pyme como aquella, sin el poder e influencia, cualquier institución financiera a que se le solicitara un préstamo de ese monto y minúscula garantía… “lo hubiera mandado a freír monos a otra parte”.

El beneficiado, Dàvalos, además de dañar la imagen de la presidenta y su gobierno, afecta al país. Esto se hace más notorio cuando renuncia después de una semana de grandes daños, donde oficialistas y oposición, convenían que debía dar un paso al costado.  Lo paradójico, es que al renunciar y pedir perdón, el funcionario asume una actitud de tozudo y distante al daño causado; pareciera que no hubiera entendido nada de lo que se trataba su falta, sin lugar a duda, el personaje ha confundido sus actividades particulares con lo público y debería guardar especial decoro y consecuencia con los objetivos del gobierno. Como paradoja de esto es que la ley de probidad, presentada el 2011, duerme un feliz sueño en nuestro Congreso Nacional. Como paradoja, premio para ellos, más congresistas para aliviar la pega.

Lo paradójico es que N M, subió al gobierno, con el encargo de sus electores de elevar la ética, la moral los principios a la categoría de virtud cívica que estampara el sello a este gobierno. Todo parecía claro y diáfano; los inmorales estaban identificados, se llaman Penta, la colusión de farmacias, las ganancias escandalosas en el sector financiero, prácticas horribles en La Polar, el lucro de las universidades y de los colegios subvencionados. Pero, de repente, la paradoja aparece, en lo más cercano a la presidenta y dentro de la misma casa de gobierno. La virtud cívica de la probidad no estaba en manos de quienes la sentían de su exclusividad.

Respecto a la oposición, con la aplanadora y retroexcavadora, como importantes símbolos de N.M que, como verdaderas máquinas de poder, han funcionado de maravillas generando incertidumbre, menor desarrollo y no dejan a la oposición  pararse de la golpiza. También,  la centro-derecha se ha restado por los autogolpes, como caer en renuncios por la nefasta relación del dinero y la política; igual, por la gran desunión que muestra el sector político. Paradójicamente lo anterior, cuando tiene tanto que aportar, dentro de ellos, llevar en lo alto la bandera de la libertad, la transparencia, la probidad, valores que de a poco y sin darnos cuenta se nos han ido restando. La paradoja de la centro-derecha, es que habiendo realizado un buen gobierno, la ciudadanía las castigara con su voto y estén todavía muy disminuidos.

Viendo lo que ocurre, no pierdo la esperanza, de que en aras del principio de la igualdad, se me otorgue la oportunidad de obtener un préstamo que supere en más de 1000 veces mi capital y, con una tasa de interés preferencial que sea de al menos siete veces menor que el común de los emprendedores comunes y corrientes; de lo contrario y haciéndole caso a un pillìn en estas materias, para conseguir pitutos y trabajos felices como los de  La Moneda, voy a poner un aviso por si me resulta, al igual que ganarme el Kino… dice así:

¡Necesito trabajo…no pido sueldo alguno…sólo quiero estar en donde haya…en donde haya dinero y poder!!!

Rodrigo Carmona Castex

Ovalle, 17 de febrero 2015

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