InicioultimasOpiniónSin doble estándar no hay fábula

Sin doble estándar no hay fábula

Para que podamos entender bien este concepto, lo ejemplificaré con el desarrollo de un partido de fútbol.

Uno aquí podría preguntarse; ¿cuándo se incurre en doble estándar? Y la respuesta sería; cuando en un mismo partido una de las partes reclama al árbitro por una falta del adversario y luego este pretende pasar “piola” cuando un miembro de su equipo es sorprendido cometiendo igual falta; esto no sería un empate, pues existe una diferencia sustancial entre el uno y el otro y este juego de palabras y manejo de las diferentes situaciones sabe muy bien la izquierda en Chile y en el mundo, ya que ésta es la reina indiscutida del doble estándar.

Partamos hablando de la libertad y de los derechos humanos (que son al parecer sólo para algunos). Por una parte hablan de “libertad para los presos políticos en dictaduras de derecha”, pidiendo a gritos a la comunidad internacional el intervenir para el “retorno a la democracia en Chile” y junto con ello denunciar los crímenes y torturas de (1973 – 1990) y por otra parte hoy por hoy tanto Maduro como Castro, acusan de intromisión en sus asuntos internos, al alzar la voz la comunidad internacional por los atropellos no sólo a la libertad de sus compatriotas sino contra la dignidad humana. Ejemplo de ello el caso de Leopoldo López, (detenido sin juicio) y otros que siendo parlamentarios, son expulsados por secretaría para que no entorpezcan sus objetivos políticos.

Prosigamos hablando de la diferencia que existe entre lo que es una dictadura y “otra forma de democracia” como es llamado en Cuba este apernamiento por más de 40 años de la familia Castro, que ha decir verdad, no es más que una evidente dictadura, la cual es la más extensa del planeta.

También encontramos un doble estándar en lo que se refiere al “derecho a pataleo” de la ciudadanía pues si este es llevado contra un Gobierno de centro derecha o cualquier obra que simbolice el capitalismo, bienvenidos todos a la calle, es una protesta social, un derecho a la rebelión; pero si se da en el contexto por ejemplo, de padres o sostenedores marchando en rechazo a la reforma educacional del Gobierno de Bachelet o en rechazo al proyecto de aborto de ésta, se trataría de actos “sediciosos”, mal intencionados y no del legítimo derecho a manifestarse del cual siempre ha hecho alarde. Lo mismo ocurriría cuando se trata de calificar un acto como terrorista o un derecho a rebelarse, pues la vara para medir esta situación, estaría supeditada a quienes son los titulares del acto, sus víctimas y cuál es la causa que se reivindica y no la paz social. Ya que si nos encontramos frente a actos perpetrados en nombre de las reivindicaciones mapuches o en contra del capitalismo, estos no serían actos de terroristas; sino una política de rebelión justa y que se justificaría sin importar el daño que hagan, la transgresión a la ley y mucho menos las vidas que cobren como el caso de la muerte de dos adultos mayores.

Así mismo, vemos este doble estándar cuando hablan por un lado de estar en contra del lucro y por otro de “políticas de emprendimiento social”, en donde por ejemplo, vemos normalmente a los empresarios caricaturizados como los malos de la película, como los explotadores, sin importar si estos tienen una empresa bien regulada; si ésta está con todos sus impuestos al día, etc. por lo general son vistos y catalogados como “el lado oscuro”, pero si se habla por ejemplo de la Universidad ARCIS, de los negocios del hijo y nuera de la Presidenta en donde hay un evidente enriquecimiento el cual como hemos visto contó con el uso de información privilegiada este es considerado perfectamente legal y es más, son considerados como políticas de emprendimiento social que fruto del talento especulativo y de la inteligencia al momento de hacer negocios, no merecen mayor reparo.

Simplemente, mientras se empecinen en seguir interpretando la realidad a su simple antojo, disfrazando las cosas de lo que realmente son, no podemos esperar un diálogo fraterno, sincero y mucho menos políticas sociales reales pues el acomodar las cosas a sus intereses y tergiversar la verdad y disfrazar todas las atrocidades que ocurrieron y ocurren en Cuba no merece mayor discusión porque sería frente a este escenario y bajo estas condiciones tiempo perdido. Si no es cosa de ver las declaraciones impresentables de la Presidenta al catalogar a Fidel Castro como “un líder por la dignidad y la justicia social en Cuba y América Latina” simplemente el único comentario que me merecen estas declaraciones es que son vergonzosas y de un doble estándar inaceptable.

 

Por Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl