InicioActualidadCrónicaTalabartería "El Huasito" patrimonio de la ciudad de Ovalle que necesita perdurar

Talabartería «El Huasito» patrimonio de la ciudad de Ovalle que necesita perdurar

En 1964 comenzó la tradición de un local que se ha dado a respetar por sus productos únicos y hechos  a mano por un hombre que hace perdurar el oficio del talabartero.

Fidel Díaz Tapia fue fundador del local de talabartería “El Huasito” hace ya 53 años. Este oficio aprendido como un arte le ha permitido sustentar a su familia con 4 hijos y a su propia madre hasta los 92 años. De niño que le pega al cosido y se siente orgulloso del oficio que realiza.

Cuenta la leyenda que aprendió de la mano de un antiguo maestro llamado Pedro Pizarro, por el año 1963. Un año más tarde se independizó y desde entonces no ha parado de trabajar.

Botas, botines, monturas, correas, documenteras, billeteras, fundas de cuchillas, bolsos y lo que le pidan. Fidel es un artesano maestro del cuero y sus piezas que rescatan un arte tradicional chileno, lo llevaron incluso a ser distinguido como ciudadano ilustre de Ovalle el año 2015. Hace todo con sus propias manos y tiene clientes que incluso le piden productos desde el sur de Chile. Sus creaciones son de calidad profesional y tienen ese toque que sólo un trabajo hecho con cariño puede tener. Trabaja en casi todo tipo de cuero.

Adquiere piezas de cuero de productores de gran calidad para sus trabajos. Y la labor es tan artesanal que el mismo diseña los hilos con los que trabaja “compramos el chivato y nos comemos el asado. En lo que nos comemos el asado vamos trabajando el cuero. Se pega, lo lavamos y limpiamos y creamos el tiento (hilos de cuero para coser). Todo está hecho a mano. La gente a veces llega y no encuentra lo que anda buscando. Pero yo se lo puedo crear. El trabajo de artesanía es de imaginación, está en la mente.” Cuenta el artesano que nació en San Pedro de Quiles.

Y como todos los oficios tradicionales, el talabartero ha debido luchar contra el “progreso”. En este caso la dificultad para Fidel es el comercio. Los mismos productos de talabartería artesanal son hechos en máquinas  industriales, montón tras montón y se venden muy barato en el comercio. Según palabras de Díaz “acá afectan los comerciantes que vienen desde afuera y que andan con carros llenos de correas de cuero, pero no tienen idea del oficio. Yo les he hecho preguntas y sus respuestas demuestran que no saben lo que están vendiendo.”

Hasta meses puede demorar la creación de una pieza única del taller, cosida a mano desde el principio y rematada en un mesón histórico de Ovalle. Es un trabajo muy distinto al realizado por las frías máquinas.

Que perdure el legado.

Nadie ha podido continuar el legado de Fidel. En su familia sienten el orgullo del oficio de su padre, pero no han seguido una carrera  como él. “Actualmente tengo algunas personas que quieren aprender. En algún momento quise tener un buen número de personas para enseñarles también. Pero los que llegaron sólo querían hacer piezas tal como las hago yo. Nadie innovaba o tenia ideas propias, por decirlo de alguna manera”.

El talabartero hace la invitación a las personas que quieran aprender este ancestral oficio a que se acerquen a la talabartería ubicada en calle libertad #126 y consulten por clases.

Por: Ignacio Zuleta Pereira.

OvalleHoy.cl