El maestro salía en la noche del lunes 17 desde el edificio de Santo Tomás en la esquina de las calles Vicuña Mackenna y Carmen cuando se vio enfrentado a una insólita amenaza.
Cinco perros callejeros, sin mediar ninguna provocación, lo atacaron, debiendo tratar de evadirlos y correr para evitar la agresión.
Uno de ellos sin embargo – uno grande blanco con negro, lo describe – lo cogió de una de sus pantorrillas, debiendo dirigirse al Servicio de Urgencia del Hospital de Ovalle para recibir atención. En ese lugar, como es ya una costumbre en estos casos, debió permanecer entre las 21. 30 y las 3.00 horas de la madrugada del día siguiente.
Durante la semana ha tenido que seguir con las curaciones pertinentes en el Consultorio de Salud Jorge Jordán, donde tendrá que concurrir en los próximos días.
La víctima, cuyo deporte favorito es el atletismo, ha tenido que privarse en los últimos días de hacer esta práctivca, así como no pudo concurrir a un encuentro nacional al que estaba invitado.
“Yo quiero mucho a los perros, tengo cinco en mi casa, pero el de los animales callejeros es un problema que parece que no tiene solución. Ahora fui yo el atacado ¿pero si mañana atacan a un anciano, que pasaría?”, pregunta.
Una pregunta que en Ovalle no tiene respuesta.
M.B.I.
