InicioultimasOpiniónDel baúl de los Recuerdos: Mis encuentros con Volodia

Del baúl de los Recuerdos: Mis encuentros con Volodia

Poniendo algo de orden en mi caótica biblioteca, en cajas arrumbadas encontré varios álbumes fotográficos que recuerdan tanto de mi vida personal, literaria y periodística. Incluso de varias de ellas ni siquiera guardaba recuerdos de su existencia.

La mayoría me fueron obsequiadas por amigos de distintos diarios en los que he trabajado en los últimos años, y que al verme en ellas  pensaron que estarían en mejor en mi poder, y me las hicieron llegar.

No obstante tengo un ego poco desarrollado, al ver algunas estas despertaron recuerdos de las circunstancias en las que fueron tomadas y de los personajes, y pensé en compartir estos recuerdos con los lectores.

En las próximas semanas iré dando a conocer algunas y las circunstancias en las que fueron captadas, aunque tal vez la memoria me juegue   una mala pasada en lo que se refiere a las fechas.

Empezaré con estas de Volodia Teiltelboim , el escritor y dirigente comunista, que fueron tomadas – si mal no recuerdo en el año 1993 – en su visita a Ovalle cuando promocionaba dos de sus libros relativos a Gabriela Mistral y a Vicente Huidobro. No obstante que a muchos llamó la atención el hecho que el alcalde demócrata cristiano, Sergio Peralta, auspiciara su presentación en el Salón Auditórium Municipal, y el mismo edil asistiera a su conferencia.

Yo lo había conocido dos años antes cuando él acompañó a Ovalle a un candidato a la presidencia comunista y lo entrevisté en la sede del partido, en la Alameda y Gabriela Mistral. En esa oportunidad le pedí me autografiara uno de los primeros ejemplares de su novela Hijo del Salitre, heredado de mi padre. A él le llamó la atención la antigüedad del texto («Hace tiempo que no veía uno de estos», confesó) y rubricó una emocionante dedicatoria.

Un año más tarde participé en el Encuentro Internacional de Escritores “Juntémonos en Chile”, organizado por la SECH, con autores llegados de todo el mundo. Mientras aguardaba en la puerta de la sala del Hotel Galerías mi intervención en uno de los paneles, lo vi a la distancia parado en una puerta, como esperando algo.

Me acerqué a saludarlo, y sin que le dijera nada me sorprendió preguntando: “¿Y cómo está Ovalle?”. Él se acordaba perfectamente de nuestro encuentro meses antes.

Al año siguiente nos reencontramos en Ovalle para la presentación de sus libros. Y entonces tuvimos la oportunidad de conversar largamente de su obra, sus proyectos, y este intercambio despertó en mí una gran admiración por su persona y sus textos, y en especial por su cerebro increíblemente lucido no obstante su edad.

No nos vimos sino cuatro años más tarde en 1997.

La Municipalidad de Santiago me había conferido el Premio Municipal de Literatura en género cuento por mi libro “Cuentos del Limarí” y debí viajar a Santiago para recibir el premio en una solemne ceremonia en la casa consistorial capitalina.

Llegué al lugar como pollo en corral ajeno, cohibido por la solemnidad del momento y me asomé a la puerta de la Sala de Concejos y lo que vi me dieron más deseos de huir a perderme.

Entonces Volodia me descubrió a la distancia y se levantó, atravesando toda la sala, para salir a recibirme y después de saludarme efusivamente, me condujo a mi lugar como si fuera el dueño de casa. El era el ganador del mismo premio en genero Ensayo. Yo estaba sentado junto a Ramón Griffero, ganador del premio de Teatro, y Elicura Chihuaileff, en Poesía.

En los momentos que conversábamos, llegó el maestro de ceremonia, se inclinó hacia él y le pidió que hablara en nombre de los premiados. Y aunque se mostró sorprendido, aceptó y momentos más tarde, se puso delante del micrófono en la testera e improvisó un increíble discurso.

En los años siguientes no volvimos a encontrarnos, aunque conversamos un par de veces por teléfono.

Volodia, murió en enero del 2008. El próximo 17 de marzo hubiera cumplido 102 años.

Mario Banic Illanes
Escritor

OvalleHoy.cl