
En septiembre del año pasado un sujeto desquiciado recorrió el centro de la ciudad rayando cuanto muro y superficie encontró a mano con la leyenda “Camilo”.
Gran parte de los inmuebles del paseo peatonal fueron sus víctimas; el puente de la pileta de la plaza, el muro de la parroquia San Vicente Ferrer, y el busto de don Bernardo O’Higgins también sufrieron bajo su plumón trastornado.
En la oportunidad pensamos ingenuamente que alguien se preocuparía de eso, que la Municipalidad tomaría medidas para ubicar al responsable, que el Instituto O’higginiano se querellaría contra quienes resultaren responsables. Aunque hubiera sido sólo un gesto público para expresar la indignación por el oprobio a uno de nuestros próceres fundadores de la patria. Pero ni uno ni lo otro.
Finalmente, a casi nueve meses de ocurrido esto, con motivo de la próxima celebración de las Glorias Navales de Chile y el homenaje que suele rendírsele al Capitán Arturo Prat, y que también se hace en paralelo con don Bernardo O’Higgins, la leyenda ha sido borrada.
La pregunta es… ¿tuvo que pasar tanto tiempo para eso?
M.B.I.