«Pareciera que lo escucho» fueron las primeras palabras de mi querida hermana Bella al llamarla a su teléfono. Ella hace un año, en esta fecha (03 de junio) perdió a su hijo menor que un día, orgulloso, pasó a formar parte de las filas de las Fuerza Aérea de Chile, sin embargo el destino dijo lo contrario y fue llamado a los brazos del Señor. Un error humano de uno de sus compañeros dio el implacable golpe no solo a él, al disparársele un tiro, sino que el inmenso dolor también nos fue traspasado a cada uno de los que integramos la familia.
Yerrito, como todos te decíamos y hasta los días antes que nos visitaste, fuiste un joven alegre, lleno de vida, que transmitías e irradiabas belleza interior y exterior. Jamás te vimos de mal humor, siempre tu sonrisa a flor de labios que hasta los más enojones ponías sonriente. Hoy, sabemos que no estás físicamente con nosotros, pero espiritualmente sí, y eso, nos da fuerzas para seguir adelante, sobre todo tus padres y hermanos que han sufrido con tu temprana partida.
Luciste tu uniforme orgulloso de la Fuerza Aérea de Chile como tus otros primos que también lo hacen en las distintas ramas de las fuerzas armadas, eso hace sentirte tan cerca cuando vemos a cada uno de ellos llegar a sus hogares después del trabajo o cuando podemos verlos. Allá arriba junto a Dios, no nos cabe alguna duda que estás más reluciente porque fuiste la mejor flor del jardín que el Señor pudo elegir.
A un año de tu partida, se me ha encomendado entregarte el saludo de todos tus familiares y decirte que estamos seguros que algún día nos vamos a encontrar, claro que tú, en los brazos del señor, serás una flor muy especial y delicada. Alcanza la Paz querido sobrino.
A mi hermana, a mi cuñado, a sus hermanos, los admiro por la valentía de tener que enfrentar esta fecha tan desgraciada pero que también es especial porque ganaron un verdadero ángel que los protege desde el cielo.
A la distancia, allá en Santiago donde está sepultado mi querido sobrino Jerrito, y donde ustedes residen, reciban el consuelo de su familia montepatrina que también sabe del dolor y de este día que fue fatídico para todos nosotros.
JAIME RODRIGUEZ HERRERA