La joven emprendedora de Río Hurtado, ha transformado el legado agrícola de su familia en un exitoso negocio de pisco artesanal, gracias a su marca Pisco Verdejo, que honra sus raíces mientras apuesta por la innovación y el valor agregado en la producción rural.
En el corazón del valle de Río Hurtado, Carla Miranda no solo cultiva uvas pisqueras, sino que también está cultivando un sueño. Heredera del oficio de su padre, quien por años vendió su producción a grandes empresas de la región, Carla decidió dar un giro al negocio familiar. Junto a su hermana, se lanzó a la elaboración artesanal de su propio pisco, bautizado como Pisco Don Verdejo, en homenaje al apodo con el que su padre era conocido en la comunidad.
“Las primeras 100 botellas fueron hechas a través de una maquila y vendidas entre familiares y amigos. El éxito nos mostró que este era el camino”, relata Carla, quien ha transformado su pasión por el campo en un proyecto con identidad y proyección.
Con 1,5 hectáreas de uvas Moscatel y Pedro Jiménez, Carla busca llevar su producto al mercado local, nacional e incluso internacional. Su emprendimiento no solo es una manera de agregar valor a su producción, sino también de dignificar y modernizar el trabajo rural.
Además de liderar su negocio, Carla participa activamente en la Mesa Regional de Jóvenes Rurales de INDAP, un espacio que conecta a jóvenes emprendedores con herramientas y apoyo técnico. Esta instancia le ha permitido integrar formalmente su proyecto a través del programa Mi Primer Negocio Rural, una iniciativa piloto que entrega financiamiento, asesorías y mentorías para formalizar negocios rurales.
“Este programa es el puntapié inicial para alcanzar el éxito. Mi anhelo es que Pisco Verdejo conquiste nuevos mercados y estoy segura de que, con este apoyo, es posible lograrlo”, afirma Carla, destacando la importancia de contar con acompañamiento en temas legales y de gestión empresarial.
El director regional de INDAP, Víctor Illanes, subraya el impacto del trabajo de Carla: “Ella ha sabido mirar más allá y demostrar que el valor agregado puede transformar la vida de las familias rurales. Es un ejemplo del potencial de las juventudes en la Agricultura Familiar Campesina”.
Con una visión que combina tradición e innovación, Carla Miranda está trazando un camino que no solo honra su historia familiar, sino que también proyecta el potencial de los jóvenes rurales en Chile. Para conocer más de su proyecto o adquirir su pisco, puede contactarla al número +56 9 7518 7143.