Con el objetivo de brindar contención, esperanza y acompañamiento a personas con problemas de consumo de drogas, el grupo de Narcóticos Anónimos que funciona en Ovalle realiza reuniones tres veces por semana en el edificio público ubicado al lado del Correo, en pleno centro de la ciudad.
Las sesiones se realizan los días lunes, miércoles y viernes a las 20:00 horas, y tienen una duración aproximada de una hora. Están abiertas a hombres y mujeres, sin distinción de identidad de género, orientación sexual ni religión. Según relatan sus integrantes, uno de los principios fundamentales del grupo es que “juntos podemos lograr lo que solos nunca pudimos”.
El programa se basa en el compromiso personal y la ayuda mutua entre personas que han pasado por situaciones similares. “Trabajamos desde la identificación, desde el amor, con charlas terapéuticas y compartiendo nuestras experiencias para ayudar a otros”, explica uno de los participantes, quien lleva años en recuperación.
Las reuniones son gratuitas y confidenciales, y el grupo se autosustenta a través de pequeñas contribuciones voluntarias. “No cobramos cuotas ni recibimos financiamiento externo, pero quienes pueden aportan lo que está a su alcance. Esa ayuda se usa para comprar volantes, café para las reuniones o materiales cuando pintamos murales para sensibilizar”, detalla otro integrante.
Actualmente, cerca de 25 a 30 personas participan activamente en este grupo de autoayuda, y unas 30 personas se mantienen “limpias” y activas en la sociedad. El proceso de recuperación, señalan, es diario y profundo, ya que no solo se trata de dejar el consumo, sino de conocerse, trabajar los defectos personales y recuperar la espiritualidad.
Finalmente, destacaron que el grupo está disponible para entregar charlas informativas en colegios u otras instituciones, siempre desde el anonimato de sus miembros, pero con el firme compromiso de difundir el mensaje de esperanza: “el programa es anónimo, pero el mensaje debe llegar al adicto que aún sufre”.