El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha decomisado más de tres mil kilos de fruta en los controles carreteros de Río Hurtado y Monte Patria, en el marco del plan intensivo de fiscalización por la presencia de la Mosca de la Fruta en la región de Coquimbo.
De acuerdo con el organismo, solo en el control permanente instalado en Juntas de Monte Patria —operativo las 24 horas del día— se ha incautado casi una tonelada de fruta en una semana. Estas medidas buscan frenar el traslado de productos desde las zonas bajo regulación sanitaria, con el fin de evitar la propagación de la plaga Ceratitis capitata.
El director regional del SAG, Jorge Fernández, advirtió que pese a los llamados a no transportar fruta, la práctica continúa: “En Monte Patria se dispuso un control permanente con el objetivo de impedir el traslado de fruta desde las zonas afectadas. A pesar de las advertencias, esta conducta persiste, lo que nos preocupa profundamente. Las multas por infringir esta restricción pueden alcanzar hasta las 75 UTM”, señaló.
La presencia de la Mosca de la Fruta no representa un riesgo para la salud de las personas, pero sí amenaza la producción y exportación frutícola del país. El insecto deposita sus huevos en el interior de los frutos, que luego se transforman en larvas y pupas hasta llegar al estado adulto, lo que facilita la dispersión de la plaga cuando los frutos son trasladados.
Actualmente, existen nueve campañas de erradicación activas en la región, con focos en Monte Patria, Río Hurtado, Ovalle y La Serena. El seremi de Agricultura, Christian Álvarez, recalcó la importancia de respetar las restricciones: “Son más de tres toneladas de fruta las que se han intentado movilizar y que han sido interceptadas gracias al trabajo del SAG. Sin embargo, aún falta compromiso por parte de agricultores y vecinos para contener la plaga”.
Las acciones de erradicación del SAG incluyen la eliminación de la fruta en un radio de 200 metros desde cada hallazgo, junto con tratamientos de suelo. En un perímetro de 7,2 kilómetros se instalan trampas y se establece un área de cuarentena que restringe el movimiento de fruta fresca, medida clave para impedir la expansión de la plaga hacia otras zonas productivas.