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No todas las opiniones “valen” lo  mismo: Por qué el odio en redes sociales NO ES «Libertad de Expresión»

Una nota social publicada por nuestro medio generó una ola de comentarios discriminatorios en las redes. Como vecinos de Ovalle, debemos entender que, tal como señala el filósofo español Antonio Marina, no todas las opiniones son iguales, y la libertad de expresión termina donde comienza la propagación del odio sin fundamento.

Hace unos días, fuimos testigos de un hecho social hermoso y simple: el matrimonio de dos personas de nuestra comunidad. Sin embargo, lo que debió ser una celebración se convirtió en un ejemplo preocupante de cómo las redes sociales —especialmente Facebook— se transforman en una caja de resonancia para el odio disfrazado de «opinión».

Vimos comentarios cargados de prejuicios y discriminación, basados en lo que el filósofo José Antonio Marina llama la «pereza argumental». Y aquí debemos ser claros: si bien en una sociedad democrática todos tenemos el derecho a opinar, eso no significa que todas las opiniones sean respetables.

El Engaño de la Igualdad de Opiniones

La primera gran confusión que debemos disipar es que el derecho a expresar una idea no es lo mismo que la validez de esa idea. Como dice el profesor Marina: «Lo que es respetable es el derecho a exponer tu opinión, sin que haya una inquisición. Pero la respetabilidad de las opiniones depende del contenido de las mismas«.

¿Qué significa esto para nosotros, como miembros de la comunidad ovallina, cuando leemos un comentario? Tenemos que tomar en cuenta que si una opinión está basada en la lógica, en información que podemos verificar y que está fundado en el respeto a los derechos del otro y de la dignidad humana, merece consideración. 

Pero, por el contrario, si una opinión se sustenta únicamente en el odio, en prejuicios antiguos, solo en mis creencias religiosas personales, o lo que es peor, en la ignorancia o en un dato falso, no solo no merece respeto, sino que debemos repudiarla.

Cuando alguien utiliza el anonimato de internet para atacar una unión matrimonial legítima o para propagar la discriminación y la xenofobia, no está ejerciendo su «libertad de expresión»; está ejerciendo una violencia verbal sin argumentos.

El Argumento fundado y su alcance

La crisis que señala Marina es que la sociedad ha perdido la capacidad de dialogar con rigor. Nos hemos acostumbrado a los mensajes cortos y a «opinar sin haber reflexionado previamente».

El riesgo de tolerar todos los comentarios de odio es que, sin querer, damos el mismo valor a un grito ignorante que a un argumento basado en la evidencia o el respeto. Esto nos arrastra a un «relativismo extremo» donde se normaliza el prejuicio.

Como comunidad, nuestra tarea es simple, pues antes de compartir una publicación, dar “Me Gusta” a un comentario, debemos preguntarnos acerca de cuál es el argumento que lo sostiene. Tenemos que Exigir el Fundamento de la Opinión. 

Y en segundo lugar, debemos Proteger la Convivencia, por lo tanto las opiniones que van en contra de la dignidad humana, la tolerancia y el respeto a la diversidad no pueden ser toleradas bajo el pretexto de «es solo una opinión».

La verdadera libertad de expresión implica la responsabilidad de fundamentar lo que decimos. Dejemos de lanzar opiniones vacías al aire y llenemos nuestros espacios de diálogo con respeto y razón. El bienestar de nuestra comunidad y el respeto a nuestros vecinos, valen mucho más que cualquier comentario basado en la intolerancia y los prejuicios.

Por Angelo Lancellotti González
Periodista

OvalleHoy.cl