Tras dos años y medio de investigación, científicos desarrollaron un prototipo de crianza que permite obtener juveniles de estas valoradas especies mediante sistemas de recirculación de agua. La iniciativa, que contó con la colaboración estratégica del Liceo de Punitaqui, abre una puerta clave para el futuro repoblamiento de los ríos y espejos de agua de la provincia, asegurando el ecosistema local.
Para quienes disfrutan de las jornadas de pesca en los embalses de la provincia del Limarí, el pejerrey es, sin duda, una de las piezas más codiciadas y tradicionales. Sin embargo, la disminución de su presencia en los cauces naturales ha generado preocupación en los últimos años. Frente a este escenario, el Departamento de Acuicultura de la Universidad Católica del Norte (UCN) ha concretado un hito que promete cambiar el panorama: el desarrollo de un prototipo de cultivo para la mantención de reproductores y la obtención de juveniles tanto de pejerrey chileno (Basilichthys microlepidotus) como argentino (Odontesthes bonariensis).
El proyecto, financiado por el fondo Fondef IDEA I+D, utilizó tecnología de punta basada en sistemas de recirculación de agua (RAS). Esta técnica permite mantener a los peces en un ambiente controlado, optimizando el recurso hídrico —vital en nuestra zona— y logrando ciclos reproductivos exitosos en cautiverio. La Dra. María Cristina Morales Suazo, directora del proyecto, destacó que este avance tiene un componente social y ambiental profundo, especialmente considerando que el pejerrey chileno es una especie nativa catalogada como vulnerable. “Su cultivo considera acciones futuras de repoblamiento”, explicó la investigadora, lo que representa una luz de esperanza para la recuperación de las poblaciones de peces en los embalses locales.
Un aspecto fundamental de este logro fue la vinculación con el territorio y la educación técnica. En la provincia del Limarí, el Liceo Alberto Gallardo de Punitaqui fue un aliado clave en la investigación, junto a otros establecimientos de Canela y Tongoy. Los estudiantes y docentes participaron activamente en el proceso, que abarcó desde la captura de ejemplares en ríos y embalses hasta el transporte, la aclimatación al cautiverio y la delicada obtención de huevos y larvas. Este trabajo colaborativo no solo permitió validar el prototipo científico, sino que formó a jóvenes técnicos en acuicultura de pequeña escala, preparándolos para ser los futuros guardianes de los recursos hídricos de la zona.
La investigación también incorporó elementos de vanguardia, como el uso de Inteligencia Artificial desarrollado por la Escuela de Ingeniería de la UCN para el control preciso de la calidad del agua. Con la consolidación de este plantel de reproductores, el próximo paso busca fortalecer las alianzas con los liceos técnicos; por ejemplo, en marzo del próximo año, el Liceo de Tongoy recibirá ejemplares adultos para iniciar sus propios cultivos.
Para el amante de la pesca del Limarí, estos avances científicos se traducen en una meta clara: que en un futuro cercano, gracias a la ciencia y la educación local, los embalses vuelvan a estar poblados de pejerreyes, garantizando la sostenibilidad de una actividad que es parte del alma de nuestra provincia.

