InicioultimasOpiniónChile. República Unitaria ¡ a cuidarla !

Chile. República Unitaria ¡ a cuidarla !

En estos días se está discutiendo en el Congreso la “descentralización” del país y me recuerda lo vivido en nuestro territorio en los años 1826, cuando don José Miguel Infante, influyó en decretar la organización federal de la República, basado en el hecho de que él creía que ese sistema era el ideal de los países libres y prósperos. Esta idea fue tomada de Estados Unidos y se dividió el país en ocho provincias, las cuales organizaron una asamblea por elección popular, eligiendo de la misma forma a las autoridades, intendentes y curas párrocos.

A poco andar, el sistema federal fracasó por varios motivos, entre ellos, por el escaso desarrollo económico de las provincias, por falta de cultura cívica, por las rivalidades entre las provincias y la capital y por ir en contra del carácter unitario del país.

Al producirse la renuncia de Ramón Freire (mayo de 1827), asume el vicepresidente Francisco Antonio Pinto, quien dentro de sus primeros actos de gobierno y previa consulta a las provincias, sobre si continuaban gobernándose así, las cuales estuvieron de acuerdo de suspender el ejercicio del régimen federal, acción que se ejecutó y se convocó a un nuevo Congreso Constituyente.

Hoy en día, con la excusa de la “modernización del Estado” donde se dice que “…un servicio público completo es una condición mínima  para el desarrollo de los territorios, lo que requiere de la flexibilización del modo de funcionamiento de dichos servicios. Al respecto, la descentralización que ya está en marcha obliga al Estado a definir sus medios y sus modos de intervención, lo que implica necesariamente un esfuerzo paralelo de desconcentración del Estado, necesario a fin de acercar el lugar de las decisiones al ciudadano. En este sentido cobra todo su valor la iniciativa del Estado de poner en discusión una nueva estrategia descentralizadora que ciertamente debería incluir la elección directa de las autoridades regionales y el fortalecimiento de sus gobiernos”. (Ordenamiento del territorio en Chile. Edic. Univ. Católica, 2001, pág. 15).

Estos “cantos de sirena” nos pueden provocar nuevamente graves problemas de sobrevivencia del país, ya que se pondría en riesgo inclusive nuestra soberanía que tanto esfuerzo les demandó a nuestros antepasados y el surgimiento de caudillos que podrían dividir y hasta anexarse a otro país los sectores por ellos controlados.

Por ello, es bueno recordar lo manifestado por un ex Presidente de Chile don Patricio Aylwin A., quien en una entrevista al respecto dijo:
“No hay un modelo claro, aunque yo tengo ideas claras al respecto. No podemos olvidar el carácter unitario del Estado chileno. Elegir los intendentes sería convertirnos en un Estado federal: si cada región elige su gobierno, y este gobierno no tiene una dependencia respecto al gobierno central, este país deja de ser un Estado unitario y sería muy malo, porque este país de 15 millones de habitantes es pequeño, aunque sea territorialmente largo. No creo que haya suficiente desarrollo de la capacidad de gestión para manejar con autonomía las distintas regiones. Las regiones son muy dependientes, algunas son más pobres, otras son muy ricas, hay una heterogeneidad que obliga a que el poder central haga una cierta justicia redistributiva. Por otro lado, categóricamente, pienso que varias regiones hasta ahora han demostrado muy poca capacidad de autogestión”. (Rev. CLAD. Reforma y Democracia N°37, febrero 2007. M. Waissbluth, C. Leyton y J. Inostroza).

En este contexto reafirma nuestras opiniones de profundizar nuestra democracia, pero dentro de una República Unitaria.

OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO

OvalleHoy.cl