Chile, vive hoy la peor crisis económica de los últimos 30 años a excepción de 1999 (crisis asiática) y el 2009 (crisis financiera de USA) en que sólo se creció un 0.5 y un 1% en el PIB respectivamente.
Ahora según el informe de política monetaria del Banco Central, la percepción de crecimiento baja del 3.5 al 2%, la inflación sube del 3 al 4,4% y el capital fijo baja del 1.2% a -1.2% y para el próximo año si todo funcionara bien, tendríamos un crecimiento insuficiente de sólo un 3% con aumento de las expectativas de una inflación que no cede.
Hoy, las cifras económicas interesan a toda la población no sólo a los especialistas, porque entienden y ya vivieron en el gobierno del Presidente Piñera que un mayor crecimiento trae consigo mejores sueldos, más empleos con salarios adecuados, aumento del ingreso familiar, mayores oportunidades, etc. y un bajo crecimiento, significa lo contrario. Diversos estudios consignan que el 70% de la reducción de la pobreza en Chile, se debió a su crecimiento económico, además este mayor crecimiento significa mayores ingresos al Fisco que al contar con mayores recursos y con buena gestión los puede destinar a salud, educación, vivienda, pensiones, etc.
Mientras no haya crecimiento, no podrá haber equidad y los más golpeados seguirán siendo las mujeres y jóvenes de baja calificación, por ello el 74% de los chilenos rechazan el manejo económico de este Gobierno.
En este escenario, los economistas estiman que el repunte de la actividad económica está muy lejano y que la desaceleración de la economía chilena no es un fenómeno transitorio, sino algo más permanente asociados a los efectos negativos de las reformas que han golpeado fuertemente la inversión, que en el último tiempo ha caído aproximadamente un 20% incidiendo en la creación de menos empleo. Si nos adentramos en los detalles de las reformas tributaria, laboral y educacional se nota improvisación y desprolijidad que pone a Chile en la encrucijada, donde coexiste un bajo crecimiento y persistente caída de la inversión, sumado al efecto negativo sobre las confianzas y expectativas de los empresarios y consumidores producto de estas equivocadas reformas estructurales.
Sólo si se acaba el diálogo de sordos y hay cambios efectivos en la reforma laboral, educacional y se aclara el tema tributario y constitucional, se podrá recuperar el ritmo de crecimiento en torno al 4%; de lo contrario, sólo vamos a seguir creciendo por debajo de un insuficiente 3% anual persistiendo la incertidumbre e inestabilidad de las familias chilenas.
Por eso invito a todos a ser muy solidarios con Chile y le exijamos a las autoridades la seriedad y respeto que todos nos merecemos.!!
Dra. Susana Verdugo Baraona.