Eran las 23.00 horas de la aciaga noche del miércoles 16 y la ciudad de Ovalle estaba sumida en la más absoluta oscuridad e incertidumbre luego del destructor terremoto que sacudió a toda la provincia del Limarí.
Era un momento de angustia en el que la comunidad, además de asustada, herida, sin energía eléctrica, con las líneas telefónicas interrumpidas o colapsadas, se encontraba incomunicada de sus seres queridos y con otras partes del país para saber de su suerte o de lo que había sucedido realmente.
Entonces desde los receptores de radios a pilas o teléfonos celulares surgieron voces amigas para traer información, palabras de tranquilidad y aliento, y para hacer un poco más llevadera la angustiante situación.
Eran las voces de Carlos Ossandón y Manuel Tello Alfaro, de las radios Comunicativa y América FM, que haciendo un enorme esfuerzo utilizando equipos de emergencia, habían conseguido levantar sus señales para informar a la comunidad de lo que estaba sucediendo. Posteriormente se sumaría Radio Tulahuén FM, para traer información desde el interior de Monte Patria.
No obstante la precariedad de las conexiones, de la oscuridad y las interminables réplicas al terremoto principal, ellos se mantuvieron en sus lugares de trabajo para llevar tranquilidad a la población.
Hoy lunes 21 de septiembre, en el que se festeja el Día Nacional de la Radio y del Trabajador radial, un homenaje de agradecimiento y admiración para ellos en particular y para todos los trabajadores radiales en general. Sabemos que de habérselos permitido los medios, ellos también hubieran estado al pie del cañón cumpliendo su labor.
Un abrazo para todos.
M.B.I.
