El alcalde Claudio Rentería visitó el recinto religioso con profesionales de la Oficina Municipal de Vivienda, quienes se cercioraron de los serios daños de estructura que tiene la céntrica parroquia. El jefe comunal indicó que primero se harán labores para proteger el área más dañada y se emitirá un oficio para solicitar recursos al Gobierno, para recuperar estas dependencias.
Impacto ha generado en la comunidad el estado actual de la Parroquia San Vicente Ferrer de Ovalle, que quedó con serios daños estructurales, luego del terremoto que afectó a la capital limarina el pasado 16 de septiembre. Evidentes son las grandes grietas provocadas por el movimiento telúrico, hecho que ha obligado a la comunidad religiosa a cerrar las puertas de estas céntricas dependencias, ya que es un peligro evidente la realización de cualquier ceremonia con la asistencia de fieles.
El alcalde Claudio Rentería, junto a dos arquitectos, integrantes de la Oficina Municipal de la Vivienda, recorrió la parroquia, tanto en su parte interior, como exterior. De acuerdo al primer análisis, el encargado de la Oficina de la Vivienda y arquitecto, Danilo Segovia, indicó que lo primero que se debe hacer “son labores de protección del área dañada con un sistema de contención o apuntalamiento preventivo, con el fin de evitar que la pared que está en más mal estado colapse o siga deteriorándose. Esto es en el corto plazo”.
En este sentido, el alcalde Claudio Rentería indicó que se realizarán informes “con el objetivo de dar a conocer los daños estructurales que sufrieron las parroquias e iglesias de Ovalle, porque queremos que los organismos pertinentes y el Gobierno destinen recursos, para la recuperación de estos lugares patrimoniales, que sufrieron serios daños por el terremoto”. El jefe comunal agregó que “los profesionales del municipio han recorrido las dependencias religiosas más afectadas y ya se le envió un reporte al Arzobispado, para que tomen conocimiento de estos hechos”.
Dentro de las más afectadas se encuentran la Parroquia San Vicente Ferrer, el Templo del Niño Dios de Sotaqui, que resultó con serios daños en el frontis y en el interior y la Iglesia Corazón de María, donde la dirección de Obras Municipales ya emitió un informe, donde se recomienda que la cúpula o torre del campanario debe ser demolida.
“En el informe le damos un plazo de tres días al Arzobispado, para que tome las medidas de seguridad, por los peligros que genera para los transeúntes y los vecinos más próximos a la iglesia” aclaró el director de Obras, Glen Flores.