
Cada vez que cae una lluvia, aunque sea menor, los residentes de las calles Pedro Barrios y Augusto D´Halmar ven inundadas sus viviendas por las aguas que se acumulan en la esquina.
Este era un problema antiguo que tenían los vecinos. Entonces fueron realizadas tres obras paralelas: una la construcción de un escurrimiento de aguas sobre el canal Tuquí, en la esquina de Victoria , para evitar que el agua que llegaba desde esta ultima calle bajara hacia el sector de la Escuela Fray Jorge y hacia Pedro Barrios.
Además fueron construidos lomos de toros en la esquina de las calle de la Avenida La Chimba con Pedro Barrios, y en la esquina de Augusto D´Halmar con Yungay.
Sin embargo la obra que vino a solucionar todo fue la construcción de un gran colector de aguas en la esquina de Pedro Barrios y Augusto D´Halmar, que conducía por un gran tubo subterráneo las aguas lluvias hacia la avenida Costanera, más exactamente Avenida La Chimba.
Los vecinos pudieron respirar relativamente tranquilos durante varios años, porque si bien siempre había acumulación de aguas, no eran como las de antes.
Hasta que a mediados de este año en una reunión de la Junta de Vecinos de la población Fray Jorge con autoridades para dar a conocer problemas del sector, los dirigentes advirtieron a las autoridades Municipales ( entre ellas el mismo alcalde Claudio Rentería) que con las obras de construcción de la avenida Costanera había sido obstruido el ducto que conducía las aguas hacia el río. Y si eso no era solucionado oportunamente y caía una lluvia, se corría el riesgo de una nueva inundación.
Un mes más tarde llovió y con los 25 milímetros medidos, la esquina de Pedro Barrios y Augusto D´halmar se convirtió una vez más en una piscina, no obstante que las autoridades aseguraron posteriormente que las obras de limpieza del ducto de aguas se hicieron oportunamente. “La culpa la tienen lo que arrojan basuras al colector”, afirmaron.
Dos meses mas tarde, con la lluvia de anoche, el lugar no era una laguna, sino un impresionante océano y los vecinos debieron recurrir á los prácticos sacos con arena para evitar que el agua se introdujera a sus propiedades. Además concurrieron máquinas del Cuerpo de Bomberos que con la ayuda de motobombas trabajaron durante casi cuatro horas para bajar el nivel.
Para que les contamos la indignación de los vecinos que exigen una investigación para conocer las causas de las inundaciones y una pronta solución. La mayoría insiste que el colector de aguas continúa obstruido y no se le ha hecho la limpieza suficiente para que tenga el tiraje para evacuar las aguas hacia la ribera.
Otros optan por bromear al respecto: “Ahora nos llamamos realmente “Pantanal”. O bien, somos la pequeña Venecia. Nos faltan sólo las góndolas para navegar”. O mas sarcásticos aún y moviendo la cabeza: “Estamos hasta el Loly perrito. Aquí nadie salva a nadie”.