Es interesante constatar que Chile puede convertirse en un país de amplias proyecciones, si es capaz de ser puerta de entrada hacia América Latina y de puente entre la Cuenca del Pacifico y la Cuenca del Atlántico. Por ende, nuestra región, si logra avanzar en emprendimiento e innovación, podrá también insertarse en este circuito de negocios. Pero para ello, como lo afirma don Manuel Feliú J. en el prólogo del libro “Chile en la Cuenca del Pacifico”, “No obstante, sin una urgente modernización política de los chilenos en su dimensión interna y diplomática, no estaremos preparados para enfrentar la “nueva ola” de transformaciones que, como una avalancha se acerca a nosotros. Sin liderazgo en el crepúsculo del siglo XX ni una visión en común seremos marginados de los asuntos del futuro que se juegan en el Pacifico”. Plantea que “la meta final no es otra que arribar a un equilibrio entre autoridad, igualdad y libertad”(ídem. Obra citada).
Por ejemplo, las últimas elecciones en Argentina en el ámbito de las gobernaciones, en la franja de Buenos Aires a Santiago, serán controladas por la alianza Cambiemos y eso puede traer como consecuencia que Mendoza y Córdoba como buscan hace tiempo de potenciar un paso fronterizo más expedito, rápido de habilitar y mucho más barato como lo es el Paso “La Chapetona” por la Provincia del Limari como su salida natural al Pacifico.
La Cuenca del Pacifico es una nueva oportunidad para la conquista de mercados e inversiones. Chile debe dejar de ser ignorante de nuestros vecinos del Asia y debemos conocerlos y así todos pueden colaborar con todos, ser competitivos pero a la vez buscar el desarrollo. Hay un ejemplo que podemos imitar localmente, nos referimos a las relaciones con Australia y Nueva Zelanda que se dieron inversiones sin intervención directa del Estado, sino producto de un mercado libre y abierto, fruto de la apertura de la economía chilena. Además ya no necesariamente se puede relacionar con países supuestamente “complementarios”, sino como es el caso de Chile y Nueva Zelanda que decidieron trabajar juntos en la comercialización del pino radiata (mayores productores del mundo) para ingresar a los mercados de Japón o el Lejano Oriente.
En esta misma senda Chile y Argentina pueden hacer alianzas para trabajar en conjunto en el aspecto minero, aprovechando el tratado minero con inclusión de Australia y Polonia que tienen experiencia en este campo.
OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO