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Imágenes imborrables de Sotaquí

Los recuerdos son imágenes imborrables que quedan guardadas como un precioso tesoro que al pasar los años por alguna circunstancia vuelven a la memoria y se vuelven a recrear tantas hermosas historias, nombres o caras de personas con las cuales uno interactuó en la niñez.

Son esas las que perduran a través del paso del tiempo como si fuera hoy; la casa donde viví al lado del correo que por esos años estaba en Sotaqui con la Sra. Ema quien era en esos años la encargada de esa oficina postal,  la estación de ferrocarril donde la familia Mena vivía y el padre era el encargado de esa oficina. Como uno subía hacia ella y veía llegar los trenes que llegaban o salían en los cuales nos subíamos en el pequeño trayecto antes de parar esas travesuras inolvidables que como niños hacíamos; con sus hijos también compartí juegos y amistades son visiones que realmente eran aventuras porque uno echaba andar la imaginación con tanto viaje que se recreaba y soñaba, son tiempos imborrables ya que hoy en día ese medio de transporte desapareció pero en esos años era la interconexión con otras ciudades o pueblos, que lastima ya que fue realmente importante su utilidad y servicio.

Y el amigo Tico que su casa quedaba enfrente de la cual nosotros vivíamos era enorme ya que era el encuentro donde se hacían fiestas o se utilizaba como pista de baile recordando los rock roll los cuales los jóvenes de ese tiempo disfrutaban y bailaban donde mis hermanas eran figuras insignes de esos bailes, con este amigo tan recordado, que cuando estuve hace muchos años por Sotaqui pregunté por él y está viviendo en otra ciudad, pero todavía estaba su casa, lo cual fue para mí una emoción   enorme recordar ya que fue parte de los juegos  en los cuales disfruté con su compañía y la casa donde vivíamos estaba en ese tiempo deteriorada por causa del terremoto.

El Calule el cual prestaba los servicios de traslado de Ovalle a Sotaquí en su recorrido con ese transporte que llevaba de todo personas, paquetes, sacos, mercaderías, el cual era el medio de intercomunicación en esos años; uno como niño encontraba tan largo el trayecto que al hacerlo en estos tiempos lo encuentra corto.

Pero dejé para el final de este recuerdo a una familia que sigue presente como algo imborrable de mi vida donde Carmelo y Lolo tenían una gran cantidad de hijos voy a nombrar algunos ya que la memoria falla el Pato que sigue en Sotaqui, Adela que creo vive en Quillota, Javier, Marisol que siguen allá y Enrique en Coquimbo, Con ellos viví hermosas situaciones juegos, andar en burro, bañarnos en el canal donde había un sauce el cual usábamos para tirarnos y sentarnos debajo de su sombra, comer los ricos duraznos, tomates, serán siempre imborrables por el cariño y por la amistad desinteresada; hace algunos años fui lo que era un campo hoy hay construcciones de casas, colegio; pero la casa de ellos sigue ahí mismo y me encontré con la Lolo que todavía vivía ya no estaba Carmelo y con su hermosa familia que la acompañaban fue para mí emocionante abrazarla que creo que más de alguna lagrima brotaron de mis ojos y con esa amabilidad al despedirme mi convido unas ricas paltas, siempre recibido con mucho cariño, son situaciones que en la vida no sabemos apreciarlas y por eso en este recuerdo va un sentido homenaje a esta gran familia.

Dejeé para el último en este itinerario las calles y como ha cambiado este pueblo con las mismas características de su gente noble esforzada que sigue siendo un aporte en la vida.
La Iglesia donde está el Niño Dios de Sotaqui que su fiesta se celebra la primera semana de Enero donde se acercan de diferentes localidades o ciudades que vienen a venerar a este Niño Dios; una hermosa tradición que perdura por tantos años; lamentablemente siempre he tenido la intención de volver a vivir esa fiesta religiosa pero no se han dado por diferentes circunstancias, pero ojala algún día poder hacerlo y estar presente en esos bailes religiosos tan tradicionales donde los chinos y chinas bailan sin pausa por las diferentes calles donde se realiza la procesión; el centro y vida de este pueblo es este Niño Dios su protector.
En este pueblo donde di mis primeros pasos, fui bautizado, donde compartí parte de mi niñez solo agradecido por Dios por lo que me entregó en cada persona y los mejores e imborrables recuerdos donde los rostros todavía están en mi mente, que nunca borrare ya que son parte de mi vida y de mis más preciados tesoros.

Sotaqui tierra hermosa la cual entrega personas que viven de la tierra sembrando y aportando a este país a pesar de la sequedad o falta de agua se ponen de pie y dan vida con su esfuerzo en la construcción de un mañana más esperanzador para sus habitantes.
No puedo dejar de mencionar a mi padre Moisés Ramírez Galleguillos y mi madre Aida Cordova Gálvez ellos son parte de esta historia de mi vida.

Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl