Varios han sido los episodios en que el suministro de agua, a cargo de la Empresa Aguas del Valle, ha salido en condiciones de turbiedad.
El pasado 25 septiembre fue el último corte de agua potable que afectó a ciertos sectores de la ciudad, lo que no sólo causó indignación en la ciudadanía, sino, que también aumentó la desconfianza en el suministro, ya que, además, el retorno del servicio fue en estado de turbiedad, esto, ha incrementado la demanda de agua purificada, aumentando así también las empresas que la suministran.
Todos los slogans apelan a lo mismo, “la confianza en un elemento puro que cuide la salud de quienes lo consumen”, algo que busca la población ovallina, después de lo malos ratos que han tenido que pasar a causa del agua.
Es por esto, que alrededor de seis son las empresas que, hoy en día, entregan dispensadores de agua purificada, a diferencia de las pocas que lo hacían hace cuatro años atrás. Es que “es terrible esto del agua, uno gasta en tratamientos, recolección y todo lo que cobran en el recibo, sólo para botar el agua, es decir, lavar, regar las plantas lavar el auto y no para consumo”. Señaló molesta Yorka Rojas Vega, quien agregó, “he estado pésimo de salud, al igual que cuando ocurrió lo del norovirus, me hace mal el agua de potable, por eso compro agua envasada, o sino, la hiervo”.
En tres años la proliferación y llegada de nuevas empresas en la zona ha sido considerable, ante esto Ricardo Reyes, Gerente de San Francisco del Valle, manifestó “nosotros poseemos porcentaje mínimo de clientes ovallinos, porque repartimos desde Coquimbo. No obstante, tras el incidente del norovirus nos empezaron a hacer solicitudes de la ciudad de Ovalle y desde la fecha que han ido en aumentos nuestros clientes”.
Aguas del Valle, organismo a cargo del suministro del agua potable, en tanto, sigue perdiendo la confianza de los consumidores, pese a que la Superintendencia de Servicios Sanitarios de Ovalle, entidad encargada de la fiscalización del elemento, afirme que éste se encuentra dentro de los estándares exigidos para el consumo humano.
Y mientras esa confianza no sea recuperada, los ovallinos continuarán haciendo un doble pago por el consumo de agua potable: a la empresa sanitaria y la compra paralela de agua envasada.