Gran cantidad de fieles participaron de la Misa solemne que presidió Arzobispo René Rebolledo y posterior procesión por las calles del pueblo de la comuna de Punitaqui.
Provenientes de diversos lugares del país, antiguos vecinos de El Peral y pueblos aledaños, llegan cada año a saludar a la Virgen del Rosario, Santa Patrona de la comunidad, a quien le encomiendan sus vida y la de sus familias. Y es que bajo el lema “María portadora de la Misericordia de Dios”, se vivió una nueva edición de esta tradicional fiesta religiosa, que se realiza en la comuna de Punitaqui.
Según consignan sus organizadores, esta fiesta patronal data desde 1848, por lo que cada año se preparan con gran antelación para recibir a cientos de peregrinos. Previo al día de fiesta, los fieles del sector viven “el peregrinar de la Virgen”, cuya imagen visita los hogares del pueblo a partir del mes de agosto, lo que les ayuda a preparar el espíritu para este acontecimiento.
De esta manera, el día principal de celebración tuvo su punto central con la Eucaristía Solemne, que fue presidida por el Arzobispo de La Serena, Mons. René Rebolledo, quien fue acompañado por el párroco, P. José Pérez, el P. Erwin Hernández y el seminarista punitaquino, Juan Carlos Álvarez.
Posterior a la santa Misa, los peregrinos y bailes religiosos recorrieron las calles del pueblo junto a la pequeña imagen de la Virgen del Rosario, dando vida una vez más a la tradicional procesión.
“Esta se ha convertido en una fiesta muy especial para las personas que habitan en los alrededores del pueblo de El Peral. Asimismo, hay mucha gente que viene de lejos, entre ellos los bailes religiosos, quienes se motivan con el espíritu propuesto en nuestro lema, especialmente en este Año de la Misericordia”, indicó el sacerdote que guía la parroquia “Inmaculada Concepción” de Punitaqui, a la cual pertenece la comunidad.