En este pequeño homenaje va un agradecimiento a esos hombres y mujeres que se dedican a lo más hermoso en la vida, enseñar conocimientos a niños y niñas con una profesión en la que la mayoría realizan esto por vocación que nace en darle las herramientas para que en el día de mañana salgan los futuros profesionales, técnicos, maestros, personas que van entregando su esfuerzo en todas las actividades de un país.
Muchas veces no se les reconoce todo lo obrado; como en los pueblos más remotos hay uno(a) que a menudo recorren grandes distancias para entregar esos conocimientos. A veces no valoramos en toda su dimensión esta hermosa profesión, este cariño que es tan noble con cada niño(a). Estos son los verdaderos héroes que no se visten o disfrazan con trajes, solo se entregan con tanta pasión a ejercer su talento y vocación.
Quien de los que hoy leen este escrito no atesora en su vida a esos profesores que nos dieron las enseñanzas de las primeras letras y conocimientos a cada uno(a) se le recuerda con tanto cariño ya que ellos fueron los precursores de engrandecer nuestras mentes y enseñanzas, las que al pasar de los años serán para nuestra vida pilares fundamentales en el desarrollo personal, y para nuestra vida profesional.
Pero también los que nos hacían sufrir con sus pruebas o ejercicios, que pensábamos que eran un despropósito sin embargo con el correr del tiempo, hoy las valoramos.
Pero lo más esencial que al pasar los años nos vamos dando cuenta que todo lo que creíamos una exageración, con el correr de los años valoramos sus enseñanzas porque fueron las armas que nos ayudaron a salir adelante y ser personas responsables.
Por eso agradezco a Dios por cada maestro que con su dedicación y esfuerzo va guiando por la vida a tanto niño(a) y joven; y su esfuerzo es la recompensa del cariño de muchos(as) que pasaron por sus vidas.
Toda la naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú; donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde hay un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé tú el que aparte la piedra del camino, el odio entre los corazones y los obstáculos de un problema.
Hay alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobretodo, la hermosa, inmensa alegría de vivir.
Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.
Que no te llamen solamente los trabajos fáciles.
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!….
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios, que son buenos servicios, adornar una mesa, ordenar unos libros, escuchar a las personas.
Aquel que critica, es el que destruye; tú sé el que sirve.
El servir no es faena sólo de seres inferiores.
A Dios, que da el fruto y la luz, pudiera llamársele así: El que sirve.
Y tiene los ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol? ¿A tus alumnos(as)? ¿A tu amigo, o a tu madre?
Gabriela Mistral.
No quiero dejar pasar en este día a los profesores que pasaron por mi vida. Nombraré algunos. A la primera con un recuerdo muy especial a la Profesora de mi querida Escuela 7 de Ovalle con la cual aprendí mis primeras letras y mis primeras escrituras, la Profesora Lía Contador; en el Liceo de hombres de Ovalle el Señor Ceballos, y en Santiago, el Liceo Juan Bosco de la congregación Salesiana Padre Maureira, el señor Vidal, muchas veces no apreciamos en su momento pero con el correr de los años atesoramos a esos grandes educadores.
Gracias a esos insignes Maestros, Educadores, Profesores que engrandecen a un país ya que son los grandes héroes, muchas veces en el anonimato que prestan un gran servicio desinteresado a ellos va este pequeño homenaje.
Hugo Ramírez Cordova.