Tres jóvenes llegaron simulando ser clientes y luego de extraer un “combo” rompieron una de las vitrinas para huir con más de dos millones de pesos en joyas . Dos sospechosos fueron detenidos por carabineros.
El hecho ocurrió cerca de las seis de la tarde de ayer martes en la joyería Gabriel ubicada en el 137de calle Libertad, entre Coquimbo y Arauco, resultando en los minutos siguientes detenidos dos jóvenes acusados de ser presuntamente responsables del robo, encontrándose en el bolso que uno de ellos portaba las especies sustraídas. Esto es 10 anillos de oro y cinco pares de aros del mismo metal.
Los dos detenidos y presuntos autores del robo fueron identificados como Ángelo Giovanni Vega Rojas, de 18 años, y Felipe Antonio Carvajal Worden, de 20, ambos con domicilio en Ovalle.
Ambos en la mañana de hoy fueron conducidos al Juzgado de Garantía de Ovalle para ser formalizados por el delito de robo con intimidación, y mientras Carvajal tendrá que permanecer durante los 60 días de la investigación en arresto domiciliario nocturno, en su domicilio en Ovalle y en el domicilio laboral en el norte; el coimputado Vega Rojas lo hará en arresto domiciliario total en el centro de internación adolescente en La Serena, donde ya cumple una sentencia.
LLEGARON HACIENDOSE PASAR POR CLIENTES
La víctima, el comerciante Gabriel Segovia, señaló que esa tarde estaba en su negocio cuando ingresó un joven que, simulando ser cliente, revisó bien todas las vitrinas. Pero lo que le llamó más la atención fue que además escrutara hacia arriba (“como buscando cámaras de vigilancia, o alarmas”) y luego se marchara en dirección a calle Coquimbo.
Un par de minutos más tarde llegaron otros tres jóvenes pero como vieron que había un cliente en el negocio, esperaron en la vereda, y cuando este salió, ingresaron. “Yo en ese momento había entrado a lavarme las manos en un lavatorio que tengo al fondo, y cuando escuché un golpe fuerte, me di vuelta y vi que los jóvenes habían entrado y había quebrado una vitrina con un combo y estaban sacando las joyas. Yo tomé lo primero que encontré a mano (un decodificador de TV) y le pegué a uno, y entonces todos salieron arrancando”, relata.
Minutos mas tarde llegó carabineros que revisó las grabaciones de las cámaras del local vecino que mostró al grupo cuando pasó por la vereda y, con esa descripción, salió a buscarlos, comunicando después que habían detenido a dos.
Él sin embargo es escéptico de los resultados del procedimiento porque asegura que ya ha sido robado en cuatro ocasiones y nunca ha habido resultados satisfactorios.
“Carabineros o la PDI hacen su pega, pierden tiempo investigando, haciendo papeles, deteniendo pero después los fiscales (esos a los que nosotros les pagamos) no hacen la suya y los autores quedan libres. Y después le mandan a uno un papel preguntando si uno tiene antecedentes que aportar y que por falta de antecedentes cierran la causa. ¡Está bonita la cosa! ¿No? Los delincuentes en la calle y nosotros tenemos que vivir encerrados”, agrega.
Un antecedente de esta causa es que el abogado defensor al finalizar la audiencia de hoy miércoles en el Juzgado de Garantía solicitó al magistrado las grabaciones que existen, para establecer la participación de sus defendidos en el hecho. Los imputados, explicó, afirman no haber participado en el robo y que están siendo “cargados” por Carabineros.
ANTECEDENTES DE LOS IMPUTADOS
En lo que se refiere a los imputados, Ángelo Vega cumple una sentencia en régimen semicerrado en un centro para adolescentes en La Serena.
En tanto Carvajal Worden, si bien no tiene antecedentes, sí mantenía una orden de detención pendiente desde noviembre de 12015 por incumplimiento de una suspensión condicional de un procedimiento, en el que se había comprometido a pagar a la víctima de los hechos la suma de $ 500.000 y no lo hizo.
Sin embargo el tribunal, atendiendo a que se cumplió el plazo de un año , sin que se hubiere elevado una solicitud , resolvió sobreseer definitivamente la causa. Aunque el afecto – agregó el juez – sigue en libertad de seguir ahora una acción civil en contra del adolescente infractor para obtener una reparación.
Parece que tiene razón don Gabriel ¿no?