InicioActualidadCrónicaServicios higiénicos en la Alameda bajo siete llaves

Servicios higiénicos en la Alameda bajo siete llaves

Una madre lleva apurada su hija al servicio higiénico de mujeres ubicado en el Espejo de Aguas de la Alameda y lo encuentra cerrado, la puerta de ingreso con candado. La mujer entonces, ante el apremio de la pequeña, recurre en la emergencia a llevarla al césped  para que, oculta detrás de un banco, pueda hacer sus necesidades.

Es poco más de mediodía, del lunes, un día de Feria y de gran concurrencia de público en el paseo público.

Algunas personas que están sentados en los alrededores mueven la cabeza con reprobación. “Casi siempre está pasando lo mismo, a esta hora se desaparece la persona encargada y cierra con candado. Yo no sé para qué hicieron estos baños tan bonitos si pasa cerrado”, nos dice un señor con aspecto de jubilado.

Hace unos días un reclamo similar nos lo hizo otra persona, esta vez un varón de la tercera edad, que llegó al baño de hombres y lo encontró con candado, y aconsejado por otras personas que estaban cerca, debió ir a  la Galería Azul, que queda al otro lado de la avenida Ariztía Oriente donde hay un servicio pagado.

Hace unas semanas expusimos el problema de este servicio higiénico, que permaneció cerrado durante varias semanas por remodelación, y al final elogiamos la calidad de las obras: un lugar moderno, cómodo, e higiénico. Valió la pena la espera.

Pero la pregunta: ¿Qué se ganó con eso si sus horarios de funcionamiento son muy extraños, y no funciona de corrido?

Es lo que nos hacen notar dos varones, casi cercanos a los setenta años,  que conversan sentados a la sombra de una palmera, mirando el reloj. “Todavía no son la una y está cerrado. Al parecer la encargada se va almorzar y cierra. Pero ¿por qué no busca alguien que la reemplace, o traiga el almuerzo para acá? Esto tiene que funcionar de corrido pues”, nos dice uno .

“Y a mí ver tanta agua corriendo me dan ganas al tiro de ir al baño. Es por la próstata”, dice el otro riendo.

Pero no es broma. Cuando el cuerpo llama hay que tener una solución a mano, sea la edad que se trate: una niña pequeña o un anciano.

M.B.I.

OvalleHoy.cl