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El año en que Nicanor Parra estuvo a punto de venir a Ovalle

Nicanor Parra nunca estuvo en Ovalle. O al menos él no lo recordaba. Y así se lo reconoció a la profesora ovallina Sonia Alejandra Guerrero, cuando conversó con ella en el 2012 en su casa de Las Cruces. “Creo que anduve por ahí, cerca de la tierra de Gabriela Mistral…, no recuerdo bien cuando fue”, le dijo.

Pero una vez , en 1993, hace ya la friolera de 25 años, estuvo a punto de venir a nuestra ciudad, invitado a la Feria del Libro.

Con Leopoldo Pizarro, con quienes estábamos entonces encargados de organizarla, hicimos las gestiones para su venida pero a última hora anunció que no lo haría por motivos de salud. Y aunque se comprometió a hacerlo en otra oportunidad, ni Pizarro ni yo seguimos a cargo de la organización.

Es que ese era un antojo personal mío: invitar a Gonzalo Rojas y a Nicanor Parra a Ovalle.

“El Mario Banic quiere invitar a todos sus compañeros de curso a Ovalle”, me embromaba Pizarro por la edad avanzada de ambos poetas.

Conseguimos que Rojas viniera a la Feria, aunque la visita de Parra se frustró a última hora.

A don Nicanor lo conocí brevemente en el 1992 en Santiago, con motivo de mi participación en el encuentro literario “Juntémonos en Chile” , organizado por la SECH y realizado en la capital con la participación de destacados escritores provenientes de distintos lugares del mundo.

Yo estaba en uno de los paneles que tuvo una participación, en una de las salas del Hotel Galerías, en el centro de Santiago: éramos, si mal recuerdo – tres chilenos y dos extranjeros. El tema es que sentado en primera fila estaba el antipoeta, lo que no dejó de inquietarme. Una leyenda de la literatura mundial sentado a cuatro metros mirándote fijamente con una sonrisa en los labios.

En la oportunidad opté por una intervención cargada al humor y a la ironía.

Al finalizar don Nicanor se aproximó para saludar y asegurar que le había gustado mucho mi intervención, especialmente por la irreverencia.

Esa misma noche lo volví a ver a la distancia en el anfiteatro de la Universidad Católica en un recital de poesía memorable en el que participó la flor y nata de los poetas latinoamericanos en un recinto repleto de jóvenes. Afuera llovía a cántaros y en el interior alrededor de un millar de muchachos, muchos de ellos sentados en el suelo, en los pasillos, que seguían en sagrado silencio su intervención. ¡Los jóvenes adoraban a Parra!.

Fue entonces que me propuse invitarlo a Ovalle, aunque lamentablemente su salud no lo permitió.

Los ovallinos nos perdimos el privilegio de haberlo tenido con nosotros.

Mario Banic Illanes

OvalleHoy.cl