Cada cierto tiempo sorprende a las dueñas de casa de la ciudad escuchar el llamado del tradicional afilador de cuchillos y su voz que ofreciendo desde la calle sus servicios. Algo que ya creíamos desaparecido con la modernidad.
El es don Luis Rives, un ex comerciante ambulante de 60 años oriundo de Vallenar, que llegó en agosto del año pasado a Ovalle y comenzó a trabajar en ese tradicional oficio. Y desde entonces no ha parado de recorrer las calles de la ciudad junto a su máquina amolando distintos instrumentos.
Es verdad que ya no es la máquina de antes que funcionaba solo con un pedal, sino una más moderna con un pequeño motor conectado a una fuente de energía eléctrica que le proporcionan sus mismos clientes.
Lo que si no cambia es el no menos tradicional pito o flauta que sirve para alertar de su llegada a las dueñas de casa, las que al escucharlo salen de sus casas para llevarle cuchillos o herramientas que necesitan ser afilado.
Esto va desde cuchillos de todo tipo, tijeras, azadones, hachas, barretas, brocas, etc.
Asegura que el oficio no es tan sencillo como parece porque cada cuchillo merece un distinto tratamiento, dependiendo del material, o de su deterioro, aunque al final él lo deja como nuevo.
Es el afilador o amolador que en una época en el que los cuchillos son desechables y a veces resulta mas barato comprar unos nuevos, hay quienes se resisten abandonar sus herramientas regalonas y prefieren prolongar su vida útil .
Y esa voz y este llamado que regresa desde el pasado parece dar solución a su problema.
M.B.I.