Desde 1999, el último domingo de mayo ha sido instaurado en nuestro país como el “Día del Patrimonio”, en un principio por el Consejo de Monumentos Nacionales con el fin de permitir a los ciudadanos en general conocer un poco más del Patrimonio histórico arquitectónico, es así como este día se abren los más emblemáticos edificios y lugares históricos.
Pero al correr del tiempo otras organizaciones y corrientes culturales de la misma ciudadanía vinculadas a las distintas expresiones culturales preocupadas de dar un sentido más amplio de Identidad Cultural han ido incorporando a la fecha más amplitud e integralidad identitaria, es así como se habla de Patrimonio Material y Patrimonio Inmaterial, y es precisamente este segundo concepto que me parece oportuno hacer algunas referencias, siendo ambos importantísimos, por un lado el preservar lo poco que nos queda de lo material, poco valorado y menos cuidado.
Sin embargo cuán importante es el corpus valórico de todo aquello que hemos recibido de nuestras generaciones pasadas a través de la oralidad y la escritura de las vivencias de las costumbres y tradiciones que no podemos permitirnos se esfumen al igual que lo material, porque en su esencia esta el “Alma Nacional”, que se origina en el seno de lo familiar, lo local y comunitario, de donde surgen nuestras costumbres y tradiciones que tienen tanta importancia en estos tiempos de avasallaje de transculturización global.
En esto de Patrimonio tiene mucho que decir la Educación; Educación y Patrimonio, deben constituir juntos un mecanismo dual indispensable para la implementación de la acción de preservar, para ello se requiere el continuo desarrollo de políticas culturales, para que la ciudadanía se apropie de los valores inherentes de los bienes Patrimoniales, valorando e implementando la investigación constante para la protección y conservación de nuestros bienes culturales.
La invitación en este día del Patrimonio 2018, junto con visitar nuestros lugares y espacios históricos, es a que revivamos el espíritu e importancia de la tradición oral para en familia, conversar con nuestros niños y jóvenes desde los hechos históricos, como de los cuentos, leyendas, juegos de nuestros abuelos y abuelas como disfrutar de una comida, una bebida que ha estado presente desde años y años en nuestro colectivo cultural familiar y que muchas veces desconocemos, o de cómo se desarrollaba la vida comunitaria, laboral, social, como nuestras formas musicales tradicionales, hasta la Cueca, nuestra danza nacional por excelencia, antes que los ballets y Clubes de cueca terminen matándola junto con la globalización.
Y como lo hacia mi abuelita cuando nos contaba un cuento.
“Para saber y contar es necesario escuchar,
Arado, punta y mancera para arar por la ladera,
Arado, punta y puntilla para arar por las orillas,
Esteras y esteritas para adornar casitas,
Esteras y esterones para adornar caserones,
Esteras y mantillas para comer frutillas,
Si el gusta el versito para abrir el apetito
Valga la buena intención y óigame con atención”.
Edio García Galleguillos
Profesor, Director del Colegio de Artes Eliseo Videla Jorquera y Director Artístico del Conjunto «Amanecer» del Magisterio.