Lamentablemente, Carabineros se han convertido infelizmente en la carne de cañón de políticas de seguridad que han fracasado y que siguen fracasando todos los días.
Hoy quisiera referirme a la polémica que se ha suscitado debido al incidente que se produjo en el aeropuerto de la ciudad de Santiago, entre un conductor de UBER y un Carabinero. Muchos han centrado sus críticas en el actuar del Carabinero en que no debió dispararle, que afortunadamente sólo le hirió el brazo, etc. etc. no haciendo mención alguna a que el Carabinero estaba realizando una fiscalización legal y ajustada a derecho y que el conductor desobedeció una orden directa e intentó atropellar al funcionario para poder darse a la fuga. El video que anda circulando en las distintas redes sociales y medios de comunicación, comienza cuando el funcionario policial está apuntando al chofer, pero la pregunta aquí es clara, primero ¿porque la persona desobedeció una orden de la autoridad? y segundo ¿qué ocurrió minutos antes de la grabación?.
Existen una serie de interrogantes que esos segundos de grabación no pueden contestar pero sí una cosa es clara, el conductor de UBER, optó por desafiar la autoridad policial y exponer la vida de éste, todo aun cuando el Carabinero le apuntaba con una pistola y le hacía la advertencia que se detuviese. ¿Qué nos pasa como sociedad?, hace una semana atrás lamentábamos la muerte del Cabo Óscar Galindo, hablábamos de penas más duras contra las personas que cometieran delitos que atentaran contra la vida de un funcionario policial, del respeto a las autoridades, de la conciencia social, etc. y hoy simplemente muchos de los que clamaban esto se dan “vuelta la chaqueta” y le “quitan el piso” a nuestros Carabineros. Esto principalmente es propiciado por el tratamiento que le dan los medios de comunicación a la noticia.
Es cosa de ver como los medios de comunicación victimizan al victimario, cuando se producen marchas en donde los encapuchados, golpean sin miramiento a los funcionarios policiales y tildan a Carabineros de opresores, violentos, etc. pero ellos simplemente están haciendo su trabajo que es proteger el orden público y resguardar la paz social y a al ciudadanía a riesgo de ser golpeados, destituidos por hacer su trabajo e inclusive de perder su propia vida. Los Carabineros son ciudadanos igual que todos nosotros que están haciendo su trabajo y tienen familias que viven con temor a que sus seres queridos no regresen pues pueden morir en las líneas del deber, como le ocurrió al Cabo Oscar Galindo Saravia, quien es el nuevo mártir de Carabineros de Chile y un ejemplo para el país.
Como dije con anterioridad, lamentablemente Carabineros se han convertido infelizmente en la carne de cañón de políticas de seguridad que han fracasado y que siguen fracasando todos los días eso sí que debo decir que se agradecen las palabras del Presidente Sebastián Piñera y del Gobierno en general en donde se alinearon y respaldaron el actuar de éste oficial, pues está bueno ya de la falta de respeto que se está teniendo con nuestros Carabineros.
El Presidente en su declaración a la ciudadanía dijo que “nadie tiene el derecho a oponerse o a resistir por la fuerza a una detención o a un control de tránsito y que es una facultad que tienen nuestros Carabineros… y mucho menos pueden pretender atropellar a uno de ellos”. Cita con la que estoy de acuerdo y le agregaría que además no se puede ser tan mal agradecidos y mezquinos con nuestros Carabineros, pues éstos acuden en nuestra ayuda en cuanta tragedia nos golpea (tsunami, terremotos, aluviones, accidentes y un largo etc.) acordándonos de ellos e implorando su presencia, pero cuando las cosas andan más o menos bien, las personas se olvidan de su noble labor, de su sacrificio desinteresado por el prójimo y por la Patria y se haga otra cosa que humillarlos, despreciarlos y maltratarlos.
Es momento de sentarnos a reflexionar y pensar que Chile es el que queremos, si queremos un Chile violento, desinteresado en lo que ocurre con nuestro vecino, falto de respeto o bien si queremos un lugar como el que teníamos antes, aquel en que nuestros niños podían jugar a la pelota tranquilamente sin el miedo a que reciban una bala loca, el Chile en donde se respetaban a los docentes, a los Carabineros a los padres, a las figuras de autoridad en general, debemos hacer un alto y decidir qué es lo mejor que nos puede pasar.
Susana Verdugo Baraona