La comunidad de las zonas urbanas, en particular Ovalle, no ha tomado conciencia de la gravedad del problema por la sequía.
Como cuando abre la llave aun tiene agua corriente, cree que este es un problema exclusivo de las zonas rurales, de los agricultores, los campesinos, los crianceros, etc, pero no así de ellos. Y no cuida este vital elemento, continuando con sus costumbres de siempre. Dándose largas duchas, regando durante mucho rato el jardín, mojando la acera o la calle frente a la casa para que no se levante polvo, lavando a manguerazos el vehículo, llenando una y otra vez las piscinas, etc.
En ese contexto el Municipio ha dado inicio a una campaña de toma de conciencia de la comunidad denominada “Cuidemos el Agua”.
Es así que desde ayer se ha venido instalando en lugares estratégicos del centro de Ovalle carteles que llaman en este sentido. La idea es extender la campaña a todas las poblaciones y alcanzar a la mayor cantidad de gente.
“El objetivo es que la gente tome conciencia de la gravedad del problema, y que no crea que porque cuando abre la llave y sale agua, el problema no exista. Cada uno en sus hogares tiene que colaborar a cuidar el agua que nos va quedando en las ciudades”, dice Claudio Rentería, alcalde de Ovalle.
Para contribuir en ese sentido asegura que en los próximos días el Concejo municipal elaborará una ordenanza que regule el buen uso del agua, prohibiendo entre otras cosas, por ejemplo, el lavar vehículos con las mangueras.
En lo que se refiere a las psicinas de domicilios particulares (“que hay cientos en la ciudad”) si bien muchos de ellas usan filtros para purificar el agua, y no tienen necesidad de renovarla durante el verano, hace un llamado a las que no lo tienen a evitar o restringir su uso para cuidar el agua.
Porque, como dicen los jóvenes, en Ovalle la cosa se puso “brígida” por la falta de agua. O si le queda más claro, se puso “pelúa”.