No es porque hubiere sido un héroe, un tipo que con una espada en la mano saltó desde su buque, La Esmeralda a la cubierta del buque enemigo, el Huascar” para caer acribillado por la metralla peruana.
Fue valiente, es verdad. Fue un héroe, nadie lo discute.
Es probable que yo en la misma circunstancia no lo hubiera hecho. Porque ¡vamos!, soy cobarde y además carezco de un mínimo de aquello que se llama espíritu de servicio público.
Por ejemplo nunca hubiera sido carabinero, o bombero. Eso de levantarse de madrugada para acudir a una emergencia, y que después nadie te lo reconozca no va conmigo.
En cambio Prat saltó a la cubierta del buque enemigo, a sabiendas que allá lo esperaba la muerte.
Pero no porque hubiera sido valiente, sino porque era su deber.
El, al mando una pequeño navío de guerra enfrentando a lo mas poderoso de la armada peruana, no salió huyendo cuando pudo, cuando alguien avisó desde la cofa de la Esmeralda la famosa frase de “humos al norte” dando cuenta de la llegada de los peruanos. Pudo hacerlo pero no lo hizo, y tal vez nadie con sentido común se lo hubiera reprochado.
Pero se impuso algo que hoy es tan poco común: el sentido del deber, ese sentido de la responsabilidad. La consecuencia. El tener claro que si he asumido una responsabilidad tenía que asumirla a como diera lugar.
Cualquier otro oficial, tal vez, hubiere respondido con un par de cañonazos y luego hubiere intentado una fuga audaz bordeando la costa, y luego narrar a los jefes una historia fantástica de su hazaña. A lo mejor hasta lo hubieran incluido en algún texto de historia, elogiando la “chispeza” del marino chileno.
O hubiera arriado la bandera entregándose mansamente. Y ahí, aunque no hubiere aparecido en ningún texto de historia, hubiera salvado su pellejo y el de su tripulación. Soldado que huye…
Pero no, él entendió que tenía un compromiso con su país, con sus superiores, con su bandera y cerrando los ojos y apretando los dientes, saltó de un barco a otro.
Sentido del deber. Eso que hoy es tan escaso y que no se enseña en las escuelas. Y si se enseñara, es probable que hubieren eliminado el ramo por arcaico.
¿Quiere que le diga?… por eso me cae bien Arturo Prat.
Mario Banic Illanes
Escritor