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Gracias a Dios por esta hermosa vida

Que hermosa es la vida cuando uno ve pasar los años. Solo queda dar gracias a Dios por todo lo recibido mis padres, tíos, hermanos, primos, esposa, hijos, cuñadas, sobrinos y hoy en la plenitud esos hermosos nietos que atesoran mi vida y la llenan con sus travesuras, la adolescencia de mi primera nieta.

A veces uno no se da cuenta que está en la etapa en que se acerca el fin de la vida y desde ahí uno debe prepararse a aquilatar todas esas muestras de amor que recibe a diario aunque muchas son inmerecidas; pero sentir que a pesar de los muchos errores que cometí me siento pleno, aun sabiendo que hay carencias que se suplen con el amor.

Al mirar hacia atrás esos recuerdos inolvidables de esa niñez que viví en Ovalle con tantas anécdotas, tanto cariño, tanta gente con la cual me involucre, con esos viajes por los campos que eran para mi sueños que me llenaban y me hacían disfrutar de lo hermoso de la vida, con esos viajes a la playa en carpa en las cuales me invitaban a disfrutar por largo tiempo.

La relación que mantuve a pesar de venirme a Santiago con mi familia en Ovalle los cuales eran todos los periodos de vacaciones del colegio en esa casona de mi tía Juana y tío Alberto que me acogía y luego con mi familia.

En esos años mi padre arrendaba una casa en la playa Guanaqueros donde nos juntábamos hijos y nietos si solo recordar me estremece por el ambiente que se daba; donde mi esposa y mis hijos pasaban casi todo el verano con ellos y luego me incorporaba yo.

No olvidar esa juventud que me llenaba de ideales que muchas veces uno desafiaba arriesgando la vida; muchas veces por esos toques de queda los cuales nos hacían hacer diferentes malabares para llegar bien a la casa, es ahí donde se formó una linda amistad que fue fructificando en un centro juvenil donde alrededor de 60 jóvenes participábamos activamente en la comunidad, que hermoso ya que tuvimos bastante participación en diferentes formas, cursos de líderes cristianos, en política fue una hermosa experiencia que me hizo madurar y descubrir la responsabilidad que se tenía que asumir por lograr cambios importantes en la sociedad; pero es ahí donde encontré a la compañera de vida que ya son más de cuarenta cinco años que llevamos juntos, donde experimentamos en comunión con otros matrimonios jóvenes la vida, el compartir experiencias lo que significaba esta hermosa responsabilidad, trabajo, hijos; el ir desarrollando en conjunto ideas para la economía del hogar a si nace comprando juntos en los cuales ahorrábamos al comprar por mayor, luego participar en encuentros matrimoniales, viviéndolo y luego acompañar a las personas que lo realizaban donde contábamos con la asesoría del Padre Esteban son tantas las actividades en las que fuimos participes con mi esposa y no olvidar la catequesis familiar en los cuales por años preparamos a los padres y familia.

Pero ver crecer a mis hijos acompañándolos en todas las actividades, estudio, recreación, formación los cuales siempre estuvimos juntos a mi esposa que también significo doblegar nuestros esfuerzos; pero verlos hoy día a cada uno nos queda la satisfacción que cumplimos en ese rol, al mirar sus familias y la felicidad, el sentir que están satisfechos en su vida, no negando que muchas veces no tuvieron todo lo que necesitaban, cuantas navidades escasas pero se suplía con nuestro amor y la educación que es el pilar para lo que hoy cada uno desarrolla.

Solo agradecer a Dios por estos años de vida y agradecer a la vida por tantas personas que fueron compañeros de viaje con algunos seguimos en este trayecto y algunos han emprendido otros trayectos pero el valor de la amistad va a perdurar siempre como el mejor recuerdo de tan bellas personas con las cuales disfrutamos, gozamos y compartimos grandes experiencias.

Y agradecer a mi madre por el sacrificio enorme de darme la vida, la educación y el amor; y no desconocer lo que me entrego mi padre, pero un reconocimiento especial a mis tíos Juana y Alberto que fueron parte importante de mi vida en mi infancia.

Que hermoso es recordar ya que nos pone en la balanza el amor ese que se da gratuitamente y no quiero dejar de lado a personas que también tuvieron un trayecto en mi vida de niño, la tía Chabela,  el tío Humberto, son imborrables esas hermosas personas que fueron importante en mi vida personal en los cuales queda grabado solo el agradecimiento y los bellos recuerdos de esas calles; Independencia, Tamaya, Tangue, el callejón de la Chimba por las cuales camine, jugué, compartí, conocí a tantas personas que de alguna manera parecen imborrables en mi mente, son tesoros que siempre salen a la luz por algún recuerdo o en alguna conversación.

Pero hay dolores que son las personas que han partido de mi vida mis hermanos Nancy, Hugo y Verónica, mis tíos, mis padres, pero son inolvidables esos recuerdos ya que fueron parte importante de mi vida y hoy solo queda disfrutar con mi compañera de vida, mi esposa Gleny, mis hijos, nietos, hermanos y familia, ya que uno cada día va envejeciendo y dando gracias a Dios por esta hermosa vida que me ha tocado vivir con situaciones buenas y malas que han sido las que han hecho madurar y formar una hermosa familia.                                                                 

Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl