Hemos estado leyendo, escuchando e interiorizándonos de lo que se viene a futuro para Chile y la región de Coquimbo y, no se aprecia visos de recuperación del estándar de vida que existía en el corto plazo, ya sea, por los daños producidos a finales del año 2019 y principios del 2020 a consecuencia de la revuelta y posteriormente por la pandemia que todavía nos afecta, perjudicando la recuperación que tanto anhelamos para bien de todos los habitantes de esta maravillosa franja de tierra llamada Chile.
Hemos estado leyendo, escuchando e interiorizándonos de lo que se viene a futuro para Chile y la región de Coquimbo y, no se aprecia visos de recuperación del estándar de vida que existía en el corto plazo, ya sea, por los daños producidos a finales del año 2019 y principios del 2020 a consecuencia de la revuelta y posteriormente por la pandemia que todavía nos afecta, perjudicando la recuperación que tanto anhelamos para bien de todos los habitantes de esta maravillosa franja de tierra llamada Chile.
Ante esto, queremos analizar que potencialidades puede desarrollar la región con el fin de salir adelante, porque no se puede pensar que el Estado nos va a mandar dineros suficientes para mantenernos, siendo que todas las regiones quedarán en las mismas condiciones, por efecto de las dos causas centrales mencionadas y que al parecer seguirán afectando.
Aquí, es donde insto a los verdaderos amantes de la región que buscan alcanzar un buen vivir, “a pensar” la región en forma objetiva y dejando de lado prejuicios y sectarismo ya que, hemos apreciado que el exponer ideas para debatirlas con argumentos, se ha instalado la descalificación sin argumentos y vilipendiando al otro. La situación es delicada y, por ende, hay que poner a todos los que quieran un mejor vivir, a buscar soluciones, porqué si se hace por la vía de la destrucción, este país no se recuperara y caeremos bajo dogmatismos y totalitarismos ya fracasados.
Recordemos que la región principalmente es prestadora de servicios, es decir; salud, educacionales y turístico. Además, arroja una población cercana a las 800.000 mil de las cuales, 335.000 mil son dependientes (niños y adultos mayores) y un 60% de la población se concentra entre las ciudades de Coquimbo y La Serena. Los rubros económicos que tiene son; minería, agricultura, turismo, construcción y pesca. Pero, se da el caso que según el INE; “Coquimbo es la región que menos crece en Chile: actividad económica anotó alza de 1.4% en el 2018” (Diario El Día) y en febrero de 2019 bajo a 0.6%. Las áreas que fueron a la baja; construcción, servicios financieros y empresariales, industria manufacturera y pesca. Esto es preocupante debido a que antes de la revuelta y la pandemia, esta región tenía proyectado 4 prioridades en el Plan Regional; más y mejor salud, fomentar la inversión, región segura y protegida, ciudades para vivir mejor.
Lamentablemente, eso no va a poder ser, aquí viene el desafío de ser proactivo y visionario. De allí, que pensamos que los recursos fiscales que se entreguen a la región deben ser bien estudiados, tomando en consideración la escasez de agua dulce, el no poder seguir sobre poblando la Metrópoli Coquimbo, terminando con el Emisario Submarino y reemplazándolo por una verdadera Planta de Tratamiento y, paralelo a ello terminar, con el vertedero “El Panul” creando una Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos, incentivar la reconversión agrícola y, gestionar los trámites aduaneros para incentivar el turismo a través del Paso Fronterizo “La Chapetona” que está operativo con lo cual, se crearía otro polo de desarrollo en el sector sur de la Región de Coquimbo, entre otros. Octavio Álvarez Campos