Como es sabido, los colores primarios son el rojo, el amarillo y el azul. Los dos primeros han sido usados, desde tiempos inmemoriales, como identificación de teorías, concepciones y posturas políticas. Aquí no figura el azul, que más bien es un color apolítico.
Tradicionalmente, el rojo ha sido el color que identifica al comunismo, y el amarillo, despectivamente, a posiciones políticas de “centro”, no comprometidas.
¿El azul debería, entonces, corresponder al anticomunismo, es decir, a la derecha política recalcitrante, que lo combate escarnecidamente, “con dientes y muelas”?
Por su parte, el verde, que es un color secundario, identifica hoy a “Los Verdes”, que abogan por la defensa del medioambiente.
¿Pero qué pasa hoy en la política en Chile? Al parecer, estaríamos viviendo una revolución de colores, una confusa y arbitraria mezcla de colores primarios y secundarios.
¿Con cuál se identifica usted?
Fernando A, Ortiz C.