Cuando se habla de Gary Medel y su capacidad para comandar el centro de la defensa de la selección de Chile para el puesto, superando a gigantones del futbol internacional, es inevitable no recordar al ovallino Adolfo Cortés.
Integrante del histórico equipo de Deportes Ovalle que consiguió el ascenso a la Primera División , Cortés apenas se empinaba por el 1. 72 metros de estatura, pero siempre se las arreglaba para estar en el lugar preciso, elevarse y anticiparse a los grandotes del elenco rival por arriba.
¿Cómo lo hacía? ¿Qué tenía Adolfo para hacer eso?
A Humberto “Chita” Cruz, cuando entrenó al CDO, y quien también se caracterizaba por su juego por alto en las dos áreas, también le llamó la atención la particularidad de algunos jugadores locales para cabecear. Él tenía una teoría particular:
En su opinión los niños ovallinos se criaban jugando en campos muy duros, lo que iba fortaleciendo sus piernas y su capacidad para despegarse del suelo .
Adolfo Cortés ríe cuando se lo contamos.
“Yo también era chico respecto de los demás, pero resulta que yo tenía mucha potencia de piernas y buena anticipación, buena velocidad, y entonces uno se floreaba cabeceando, porque uno saltaba una milésima de tiempo antes que los otros. Medel mide también 1. 72 pero tiene la facilidad de la potencia de piernas y la anticipación y por eso todas las pelotas las gana por arriba. Todo lo contrario de (Enzo) Roco, que es mucho mas alto pero es más lento en cuanto desplazamiento”, explica.
Cortés asegura que eso es algo genético. “Uno nace con esa cualidad, es algo genético, viene de la familia, pero no se mejora eso entrenando. Si eres lento, aunque te digan “tenís que anticiparte a este jugador”, no vas a tener la capacidad para anticipar”, dice.
