Popularmente agosto es conocido como uno de los meses más complejos para las personas mayores, debido a que con el envejecimiento disminuye la capacidad para regular la temperatura corporal.
Las constantes bajas temperatura, propios de esta época del año, representan un serio riesgo para la salud de las personas mayores, especialmente aquellas que presentan patologías crónicas, además de otros síndromes geriátricos. Esto se debe principalmente a que con el envejecimiento disminuyen las defensas inmunológicas y la capacidad para regular la temperatura corporal. Así lo advirtió la docente de Técnico en Enfermería del Centro de Formación Técnica (CFT) Santo Tomás Puente Alto, Yulizen Alfonso.
De acuerdo explicó la experta, en personas mayores, el frío puede agravar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, debido a la disminución de la reserva fisiológica en el organismo propio del envejecimiento. Además, detalló que «el frío produce vasoconstricción, lo que dificulta que los elementos de defensa lleguen a donde se necesitan, dejando a los adultos mayores más vulnerables a infecciones respiratorias.»
Por eso, la docente sostuvo que «es fundamental que los adultos mayores y sus familias tomen precauciones como evitar los cambios bruscos de temperatura, usar ropa adecuada y mantener una buena hidratación». Asimismo, entre las recomendaciones generales, destacó la importancia de realizar ejercicios respiratorios diariamente para mejorar la capacidad pulmonar, mantenerse al día con las vacunas (especialmente la de la influenza) y evitar la calefacción excesiva.
También, entre los cuidados específicos que deben adoptar las personas mayores durante el periodo invernal y en días de fríos extremos, la especialista hizo hincapié en la prohibición de fumar y evitar ambientes contaminados. Al salir, recomendó respirar por la nariz y mantener cubierta la zona de la boca, utilizando una bufanda.
De esta manera, alertó sobre algunos síntomas: “Estar atentos ante respiración superficial, disminución de la frecuencia cardíaca o pulso débil”, además indicó que detectar una mayor dificultad para movilizarse, evidenciaría un aumento de la rigidez articular.
Finalmente, Alfonso hizo un llamado a estar alerta y acudir a un profesional de la salud. Frente a indicios de inapetencia, coloración azulada de la piel, alrededor de los labios y en los extremos distales como los dedos de las manos y los pies.