InicioActualidadCrónicaAmen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada

Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada

Pero en cambio, a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que odian, bendigan a los que los maldicen, recen por los que los injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A todo el que te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Así, pues, traten a los demás como quieren que ellos lo traten. Si quieren a los que quieren, ¿Qué generosidad es ésa? También los descreídos lo hacen., Y si prestan sólo cuando esperan cobrar, ¿Qué generosidad es ésa? También los descreídos se prestan unos a otros con intención de cobrarse. ¡Que no sea así entre ustedes! Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada; así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los malos y desagradecidos. Sean generosos como su Padre es generoso. Además no juzguen y no los juzgarán; no condenen y no los condenaran; perdonen y los perdonaran; den y les darán: les verterán una medida generosa, colmada, apretada, rebosante. La medida que usen la  usarán con ustedes.                                        

Lucas 6, 27-38.

En este texto de Lucas Jesús nos invita a todos los que lo escuchan a cultivar un amor misericordioso y universal para llegar a ser como el Padre. Si a los pobres los había llamado bienaventurados, ahora, los invita a radicalizar su amor por Dios, amando todos los seres humanos, incluso a aquellos que se oponen al designo de Dios. Para esto, se necesita, según Jesús, asumir algunos principios fundamentales.

En primer lugar, el amor a los enemigos, con este mandato Jesús supera la ley del talión, ojo por ojo, diente por diente, que rigió por siglos la justicia de Israel. Esto no significa que estemos exentos de tener enemigos. Los q       ue luchen al estilo de Jesús contra injusticia, la intolerancia, la corrupción, la violencia deberán afrontar todas las dificultades, siendo conscientes de que están realizando la voluntad divina. Porque, de lo que se trata es de no asumir actitudes condenatorias, sino abrir los espacios y posibilidades para que los enemigos encuentren el camino de conversión y reconciliación. Que vean en nosotros el amor del Padre y el testimonio vivo de lo agradable que es vivir como hermanos.  

La novedad de Jesús es cambiar su sentido de reciprocidad por la búsqueda sincera e inagotable de construir la fraternidad. La prueba mayor de tratar bien es hacerlo con los enemigos, que obliga amar incluso a aquellos que con sus obras hacen del mundo un caos, la tolerancia por los que piensan diferente, la comprensión por los que escogen caminos diferentes. Amar, bendecir, orar por los enemigos no significa perder el sentido de la crítica, de la denuncia o de la represión. Lo que pide Jesús es que la iniciativa del amor, del perdón, de la bendición la llevemos los cristianos.

¿Cómo acoges esta invitación de Jesús?

 ¿Qué te sugiere estas recomendaciones en el mundo que estás inserto?

                                                       Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl