Días atrás se realizó una nueva conmemoración del Día Internacional de la Superación de la Pobreza; iniciativa creada por las Naciones Unidas para combatirla y darle el sitial en la agenda pública que le corresponde. Según los indicadores de la CEPAL, esta sería un grave problema y dejaría en evidencia la estrecha relación que hay entre el crecimiento económico y disminución de la pobreza e indigencia, resultando que el mejor antídoto contra la pobreza e indigencia, es el crecimiento económico. Sin embargo, nuestra actual economía ha tenido una desaceleración caracterizada por su gran rapidez y profundidad que incluso ha sorprendido a los expertos. De hecho el ex gerente de análisis internacional del Banco Central y actual economista jefe de BCI don Sergio Lehmann, comenta que “la economía chilena está bastante más debilitada para enfrentar shocks externos como los ocurridos en las últimas décadas” y esto es sin lugar a dudas por la crisis de confianza que generan las mil y un reformas de este Gobierno, que por lo demás son un acto de improvisación total en donde personas de su misma coalición lo han reconocido como es el caso de la ex ministra de educación Mariana Aylwin que ha dicho que las reformas de Bachelet han sido “improvisadas y sin conocimiento de la realidad”.
Chile se enfrenta a un entorno macroeconómico preocupante, ya que tras varios años de fuerte desempeño económico, la inversión y la economía se ha debilitado y las causas no hay que buscarlas fuera de nuestras fronteras ya que los mismos shocks negativos han afectados la economía de otros países de la región y no obstante ello, estos exhiben atractivas tasas de dinamismo económico, a diferencia de nuestro país que actualmente tiene una contracción de la inversión como de su consumo privado; por lo tanto, podemos decir que el grueso del problema que vive hoy la economía chilena es fundamentalmente ‘made in Chile’.
El ministro de Hacienda Rodrigo Valdés ha reconocido en el mes de octubre de este año, durante una reunión en Wall Street, que Chile enfrenta por primera vez una restricción presupuestaria en los últimos 13 años y admite que el actual Gobierno no cumplirá la meta del balance estructural y además anticipó una deuda de 9.500 millones de dólares para el 2016 junto con ello agregó que “No vamos a llegar al balance estructural en esta administración y que eso dependerá del próximo Gobierno.”
A su vez, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que Chile crecerá menos que el resto del mundo en los próximos 7 años, sufriendo de este modo su peor racha en la historia. Más aún, los diferentes expertos estiman que la recuperación de nuestra economía tardará más de 10 años y que el crecimiento promedio de la próxima década no superará el 2.5% y frente a este escenario no es posible que nuestro país alcance el umbral del desarrollo.
Lo anterior es porque el actual Gobierno y coalición que lo apoya, sólo se preocupan de redistribuir los ingresos en lugar de crearlos y más aún, realizan reformas estructurales perjudiciales como es el aumento de la carga tributaria, limitar la libertad de enseñanza, proponer una legislación laboral pasada de moda y dañina y generan incertidumbre en el ámbito constitucional provocando así menor o nula inversión tanto de las empresas nacionales como internacionales.
Como ejemplo de lo anterior, esta la cesantía donde nuestra región ocupa el segundo lugar en el ranking nacional, siendo las más afectadas, las provincias del Limarí y del Choapa, las que probablemente verán incrementadas sus índices de desempleo por la situación que sufre Codelco producto de la desaceleración que ya ha ocasionado el despido de más de 4 mil personas, mucha de las cuales son de nuestra región.
Frente a este escenario, lamento decir que Chile está condenado al fracaso mientras la actual Presidenta y quienes la apoyan, aún crean que existe la Alemania Oriental, su dictador Erich Honecker y el muro de la vergüenza (Muro de Berlín) y no se den cuenta que ese modelo y la ideología totalitaria que los sustentaban fracasaron en todo el mundo y los pocos que aún sobreviven son un punto negro en el planeta que concitan el rechazo unánime, por mantener en la mayoría de las veces, en malas condiciones a su población. Cada uno de todas nuestras familias no merece tocar fondo debido a la tozudez y ceguera de estas autoridades que se empecinan en no querer escuchar y hacer las reformas de acuerdo a sus convencimiento, sin mirar el grave daño que estas han acarrean al país entero.
Dra. Susana Verdugo Baraona