De partida, es necesario citar a Bernardo, donde reconoce sus limitaciones; “estoy convencido que los talentos que adornan a los grandes generales como a los grandes poetas, deben nacer con nosotros y comprendo, además cuán raros son esos talentos y estoy compenetrado bastante de que conozco de ellos para abrigar la esperanza quimérica de ser un día un gran general, razón por lo que a medida que conozco mi deficiencia, debo hacer mayores esfuerzos por remediarla. La carrera a la que me siento inclinado por naturaleza y carácter es la de labrador”.
Esto nos muestra su honradez y pide ayuda (Juan Mackenna), pero a la vez, nos muestra que tenía cualidades como ser; coraje, capacidad combativa, ascendencia sobre los que mandaba y su voluntad de “vencer o morir”.
Por eso, no es extraño que al llegar a Mendoza se dedica junto a San Martín a planificar la reconquista de Chile formando el Ejército de los Andes, lo cual no fue fácil ya que, se demoró tres años en estar listo con una cantidad de aproximadamente 5.000 combatientes de los cuales, alrededor de 1.200 eran chilenos, donde se tuvo que desplazar con todos los implementos (artillería, hospital de campaña, víveres, municiones, caballares (1.600), Mulares (9.281) u otros diversos) por la Cordillera de los Andes, iniciando su marcha un 06 de enero de 1817, avanzando por diversos Pasos fronterizos e inclusive, por Paso fronterizo en la Provincia del Limari, con el fin de dominar la zona norte al mando de Juan Manuel Cabot, es por esta razón, que en febrero se realiza una ceremonia en el poblado de Carén para conmemorar este hecho histórico.
Estando en territorio chileno la división al mando de O´Higgins se enfrenta el 12 de febrero de 1817 a las fuerzas realistas y la derrota en la Batalla de Chacabuco. Pasado unos días, los chilenos se reúnen en un Cabildo Abierto y en un día como hoy, 16 de febrero, le entregan el mando supremo a don Bernardo O´Higgins, quien pasa a ocupar el cargo de Director Supremo del Estado.
En esa condición, se dedicó a defender hasta el último de sus días, los territorios magallánicos, a lo igual que Bulnes, dos estadistas, a quienes la Patria le debe reconocer su perseverancia por defender dichos espacios geográficos. Tenemos claro que O´Higgins por haber estado en Inglaterra, conocía de sobra la importancia del dominio del mar y, por ende, dicha zona. De allí, su expresión, después del triunfo de la batalla de Chacabuco: “este triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar”.
“Magallanes, Magallanes”, fueron las últimas palabras que emitió el Libertador un 24 de octubre de 1842 en Perú. Sigue teniendo importancia la visión de él, recordando que ya en la naciente Constitución de 1818, establecía que “el Estado de Chile se halla dividido por ahora en tres provincias: la Capital, Concepción y Coquimbo”. Él pensaba en la soberanía no solo terrestre sino también marítima y, eso hoy, lo sentimos, la presión de parte de flotas pesqueras (españolas, polacas, portuguesas entre otras) por vulnerar la soberanía en el Océano Pacífico.
De allí, que lo planteado por Bernardo O´Higgins toma una importancia tremenda. Esperamos que quienes tienen que defenderla estén a la altura.
Octavio Álvarez C.