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Bullying escolar: la amenaza silenciosa

Un grave caso de bullying fue denunciado por la madre de un niño de solo 12 años en un establecimiento de Ovalle.

Compañeros del pequeño, además de acosarlo físicamente en el colegio, subían a las redes sociales mensajes en forma de “memes” con textos groseros y ofensivos, impensables en un niño de esa edad. Textos a tal punto aberrantes que no pudimos publicarlos en el diario para ejemplificar la nota al respecto.

Según la madre, una funcionaria del establecimiento estaba en conocimiento de estos ataques y sin embargo, afirma, no intervino para detenerlos. Ella sólo vino a detectarlo por otra docente que le informó al respecto, y por otros alumnos que dieron a conocer el tipo de agresiones infligidas.

El bulling, como es conocido en la actualidad el acoso de alumnos a otro compañero más débil, no es un fenómeno nuevo en los colegios. Siempre ha ocurrido que grupos de matones, muchas veces envidiosos por el buen rendimiento escolar de un compañero, por su debilidad física, o algún defecto físico comienzan a agredirlo física y sicológicamente, sin que estos se animen a denunciarlo por temor que estos ataques aumenten.

En la actualidad sin embargo a las agresiones presenciales – sea dentro o en las afueras del colegio – se suma el efecto que causan en los menores las redes sociales que pueden difundir con extraordinaria rapidez imágenes y textos, sin que mucha veces los autores puedan ser identificados, causando un daño impensable.

En ese contexto los directivos docentes, docentes, inspectores y otros encargados deberían estar atentos a estas situaciones para prevenirlas  y/ o detenerlas, y evitar que ellas causen un daño aún mayor al afectado. Ver alumnos con conductas anormales en los recreos, aislándose de los demás, ausencias injustificadas de clases, bajas en el rendimiento escolar, etc, e intervenir de manera adecuada para acercarse al niño y, si el problema no es posible solucionarlo de acuerdo a los protocolos internos, informar a los padres del afectado y al de los agresores.

Entonces activar una red de ayuda aún más profunda como es recurrir a la ayuda profesional competente – sicólogos, asistentes sociales, etc –  para atender no sólo al niño ofendido, sino en especial a los ofensores y buscar las soluciones adecuadas.
La labor en un establecimiento educacional va más allá de la de entregar contenidos, sino también debería incluir la de brindar a los alumnos ( en especial a los más pequeños) la protección adecuada para que puedan desempeñarse de manera normal.

Desde septiembre del 2011 existe una normativa que apunta a prevenir y/o sancionar la violencia escolar , la que no sólo sanciona esta cuandoes proveniente de otro alumno, sino en especial cuando lo hace desde adultos que detenten una autoridad en el establecimiento. Esta precisa qe en cada establecimiento que reciba aportes del Estado debe existir un Consejo Escolar cuya función adicional será el promover la buena convivencia escolar y evitar cualquier tipo de agresión, hostigamiento y violencia física o psicológica hacia los alumnos.Además contar con un encargado de convivencia escolar, que será responsable de implementar las acciones que determine el Consejo Escolar o el Comité de Buena Convivencia Escolar, según corresponda.

Si en casos denunciados de violencia escolar las autoridades del establecimiento no aplican las medidas correctivas, disciplinarias o pedagógicas que su reglamento dicte para estos casos, pueden ser sancionadas con multas de hasta 50 UTM, que se duplicarán en caso de reincidencia.

En tanto para el o los alumnos agresores las sanciones las determina cada establecimiento según su reglamento interno, y pueden ir desde una medida pedagógica hasta la cancelación de la matrícula.

Por otra parte los padres de las víctimas deben también estar atentos a señales anormales en sus hijos, y mantener con ellos una permanente relación para que estos les cuenten el problema, de manera de afrontarlo oportuna y adecuadamente.

En resumen prevenir el bullying, esta amenaza silenciosa que a veces no es detectada hasta que el daño es irreversible, es una tarea de todos, en la que nadie puede eludir sus responsabilidades.

OvalleHoy.cl